España
A VECES ME DAN GANAS DE
Abandonad las cuevas en que copuláis
Arrancad los enchufes de las paredes
Arrancad las paredes
Dimitid de los jardines que son cárceles, de las mansiones que os aprisionan con su fetidez
Olvidaos de los notarios, de los censores jurados de cuentas, de los inspectores de Hacienda
Negaos a escuchar los bulos indecentes de los contramaestres
Destruid las fotocopiadoras
Desobedeced a los agentes de la autoridad que os ordenen deponer la piedad
Caminad derechamente al infierno
No asintáis
No consintáis
Llenaos de soledad
Derramad la inteligencia como si echarais un balde de agua a un suelo ensangrentado
Contemplad a Turner
Compadeceos del que arrastra haberes, como el buey arrastra anocheceres
Demoled los edificios en que se guarecen los clérigos y los babuinos
Construid casas donde vivan los que nunca han vivido, los que nunca han tenido casas, los que no saben qué es una casa
Alejaos de los hormigueros y las certidumbres
Bautizad con fuego a los que, con serenidad de ánimo y sin ninguna reserva mental, echan espumarajos por la boca
Abrazad las alambradas del silencio
Escuchad las variaciones Goldberg, de Johann Sebastian, en los dedos de Glenn Gould
Remontad, aun sin remos, los ríos de la compasión
Hablad como si no tuvierais mugre en la boca
Cancelad el usufructo de vuestra conciencia de que disfrutan los católicos practicantes y los fabricantes de electrodomésticos
Preguntad quién vive, quién muere
Preguntaos quién
Contemplad a Vermeer
Nos dejéis que os despojen de la desnudez.
Desenmarañaos
Escupid en las estatuas ecuestres y las placas conmemorativas
Dinamitad lo que no se pueda lamer, lo que no quepa en el hueco de la mano, lo que nunca sangre
Afilad los lápices
Afilad la misericordia
No tengáis ningún trato nada con los poseedores de la verdad: os pringarán con ella
Recordad que las palabras sudan, que eyaculan
Bañaos en el mar como si os adentrarais en un vientre
Estremeceos ante el dolor de las tortugas y las secuoyas
Dormid cuando el mundo se encolerice
Leed a Whitman, a Aldana, a Zambrano
Atended a los que acuchillan el tiempo y siembran la desazón
No permitáis que el inicuo se escabulla
Apagad los espejos
Desollad los teléfonos
Leed a Perse
Esclavizad a los que niegan el agua a los ciegos y el pan a los sedientos
Creed en los desvalidos y en los muertos
No queráis vivir siempre: la eternidad empacha
Mutilad lo que no se pueda trocear
Dilapidad aquello de lo que carezcáis
Arañad las superficies hasta que emerja un rostro, hasta que brote la oscuridad, hasta que vosotros mismos ocupéis la fisura que hayáis abierto
Documentad el rumor de los labios que se unen a otros labios, el crepitar de las pieles cuando las iluminan los relámpagos, el quejido de los huesos cuando los cuerpos se desunen
Salid a la intemperie de los pechos y las humillaciones
Salid a la luz de la noche
Abjurad de cuanto hayáis jurado
Derramad aceite hirviendo en las cuencas vacías de los ojos de los poderosos
Desnudaos
Comed viento
No capituléis ni cuando muráis
Desestimad la untuosidad y la hipocresía
Encended las luces para que brille el sol
Derrochad lluvia
Escuchad el Ave María de Caccini
Castrad a los mercaderes, y luego amadlos
Liberad a los perros
No piséis los juzgados, salvo para sembrarlos de sal
Haced el amor con los que os crucéis por la calle, con los vecinos, con los vendedores de altramuces, con los taxistas y los estibadores, con los huérfanos y los gorriones, con las personas sin sexo
Navegad por las aguas que más bajíos contengan
Derrotad a las relaciones de producción, a la tasa anual equivalente, a la dictadura del proletariado
Masturbaos a menudo, con tenacidad, con indulgencia
Gritad cuando convenga, pero nunca hiráis a nadie con el grito
Burlad las ordenanzas aduaneras, los manuales de instrucciones, los convenios colectivos
Utilizad la bandera de mantel de pícnic, de esterilla de baño, de papel de estraza
No consideréis el suicidio, salvo en todo momento
Velad a los muertos
No confiéis en los que se adornan con crisantemos y sílabas
Cortadles los pies a los crueles
Sacad del pozo a los que se ahogan en el mar
Condescended a la contradicción, si contiene verdad
Cultivad la contradicción, porque la contradicción os hará libres
Perdonad a los padres por haberos traído al mundo
Confiad en que los hijos os perdonen por haberlos traído al mundo
No transijáis con Dios; no admitáis a Dios
No renunciéis a la clemencia ni al vino
Haced del vacío vuestro hogar
Asomaos al yo con la conmiseración de un filántropo y la curiosidad de un gato
Increpad a quienes no se hayan manchado nunca, a quienes se acorazan de orden, a los alféreces de la felicidad
No juzguéis el amanecer: bebéoslo
Amordazad a los coaches, y, si es necesario, encerradlos en el sótano
Denunciad la clausura de los orfanatos y la inauguración de las jaurías
Envejeced riendo
Acariciad el rostro de quien améis como si hubierais de morir mañana
Quered a los hijos, porque ellos os enterrarán
No os abstengáis de razonar, aunque la razón produzca monstruos
Sumíos en la conciencia como si avanzarais por un cenagal
Sodomizad a los predicadores
Echad los censos enfitéuticos a la hoguera, arrancadles la lengua a las notificaciones de embargo, devastad las ciudades de la opulencia
Rebanad el ruido
Deteneos a considerar quiénes sois, por qué late el corazón, cómo sobreponerse a la ignominia
Leed a Juarroz, a Epicuro, a Vallejo
Votad a quien prometa que el sol saldrá mañana y que luego vendrá la noche
No votéis
Borraos las yemas de los dedos para que no queden huellas de vuestros amores ni de vuestras claudicaciones
Creed en el cielo de la materia
No hagáis nada sin alegría
Hurgad en los sexos como si los dedos fuesen raíces, como si la lengua fuera una lombriz
Perdonaos
No deis poder a los imbéciles, ni cuartel a los desalmados
Enviad lo superfluo al abismo
Desamparad a quienes agravian a los desamparados
Escuchad el adagio para cuerda de Barber
Alimentad a quien no tenga boca
Escuchad a las flores
Pisotead la vileza y extinguid sus rescoldos
Avivad el incendio de la benevolencia
Leed a Proust, a Neruda, a Celan
Caminad por el borde para caer en el centro
Dudad
Rebelaos
(Poema del libro Todo queda en nada, inédito)
Herminio Alberti León, fotógrafo artístico merecedor de reconocimientos nacionales e internacionales.