Quien solo espera morir

busca reivindicarse,

¿de qué? Posiblemente

lo sepa después de muerto.

Quien solo espera toca

la oscuridad con el cuerpo.

Si la herida ocasionada 

no es muy profunda,

respirará relajado, resignado.

El camino a seguir, la pausa.

Quien a veces dialoga, habla

de gotas de luces, reflejada

en su desnudez donde la higiene 

es por fuera como llovizna,

donde la salida del sol:

sangre reseca en tierra astral.

Quien quiera entender al fuego,

al agua y ser el viento que lo sacude,

es hora de encontrar el camino ansiado

de uno que otro despertar, donde 

las sombras apenas se han dado cuenta.

Quien a veces es quien no ha llegado,

quizás podrá darse a entender

cuando las palabras no pronunciadas

hagan de equilibristas en la boca, 

aun sea de la boca de la mujer 

amada, en huida a favor de la luz.

Quien anda de prisa no sabe esperar 

donde se bifurca la luz apagada.

Contener la respiración y los pájaros 

se pronuncien con vuelos al ras 

del agua de donde se puedan 

vislumbrar aquellas ciudades 

en tiempos in vitro de naufragios.

Quien extiende los brazos semeja

puentes colgantes entre el alma, el cuerpo,

de nubes cargadas de trapecistas,

sigilosamente, acabando de nacer mueren.

¿Dónde fingir los reparos de los que yerran

en olores, en miradas? Quien a solas

lo sabe finge que el camino no está.

Quien riega sangre como agua no nacerá

donde pretende el sueño recién soñado

de bienestar a favor del viento, de la marea.

Quien respira profundo, no bien 

descansa, sabe de qué lado está el color rojo.

Donde el verde reclama libertad

el amarillo semeja pájaros muertos

por relámpagos y truenos dentro 

de caracoles marinos a pesar de. 

Sino estás no significa que no ha llegado.

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Amable Mejía nació en Santo Domingo, República Dominicana, en 1959. Es poeta, ensayista y narrador. Ha publicado en poesía Días de semana (2001), El amor y la baratija (2007), Novo Mundo-Himnos (2015) y El otro cielo (2019). También el libro de cuentos Entre familia (2004) y las novelas Primavera sin premura (2008), La isla de los hombres felices (2012), Muerte en noche de palomas (2020) y El blanco mar (2021).