Desde las últimas semanas, los Estados Unidos se vuelve a enfrentar con uno de sus peores demonios: la sistemática discriminación racial. A raíz de la muerte de George Floyd a rodilla del oficial Derek Chauvin en Minneapolis, las intensas protestas a nivel nacional demuestran que las heridas causadas por el racismo siguen indeleblemente frescas en el seno de la sociedad estadounidense. Esta caldeada situación coincide con el estreno de Da 5 Bloods (Netflix, 2020), la nueva película del director y guionista Spike Lee (Georgia, Estados Unidos, 1957). En contraste, en la dilatada filmografía del cineasta se percibe un poderoso interés en colocar en el epicentro de sus historias las complejidades del conflicto racial. 

Como autor cinematográfico, el polifacético Spike Lee revisa estos enfrentamientos sociales mediante la ficción, de una manera crítica y subversiva. Sin dudas, este interés epistemológico e historiográfico pudiera corromperse por el tratamiento que les da a sus historias. No obstante, entiendo que lo que busca Spike es comprender1 con sus películas las múltiples aristas del racismo en los Estados Unidos. En tal sentido, además de mis comentarios a Da 5 Bloods —que abordaré más adelante—, trataré de profundizar en las características de revisionismo histórico que tiene su cine.

Como trasfondo, resulta propicio señalar una polémica decisión que se produjo en el ámbito del entretenimiento debido a la escalada y la sensibilidad de las manifestaciones. Hace unos días, la plataforma HBO Max anunció que retiraría temporalmente la película Gone with the Wind (Victor Fleming, 1939) de su catálogo, arguyendo que peca de un errado retrato de la esclavitud y posee una representación superflua de los afroamericanos2. Este caso trae a colación un debate alrededor de los límites de la corrección política y la censura, que a la vez es muy fino y de fácil maniqueísmo3. De mi parte, considero que, en vez de satanizarla y cancelarla, Gone with the Wind sirve para reflexionar sobre aquel episodio cultural e histórico con respecto a los estereotipos imperantes en el viejo Hollywood.

En sentido positivo, la industria cinematográfica ha evolucionado, enmendado y corregido estos aspectos. Un ejemplo de reparación artística recae en el trabajo de Spike Lee. Dentro de su concepción del oficio cinematográfico, el director sostiene que las minorías en los Estados Unidos tienen una responsabilidad en contar las cosas como son, de forma efectiva y fehaciente4. Así, en palabras del crítico A.O. Scott, el cine de Spike trata de “confrontar el racismo estadounidense, pasado y presente, con una mirada incisiva hacia sus crueldades y contradicciones”5.

Por un lado, con sus películas ha intentado delinear las confusas y quebradas relaciones entre los mismos miembros de la comunidad afroamericana, al igual que las tensiones con otras culturas, como sucede en su ópera prima She´s Gotta Have It (1986) y en Jungle Fever (1991). De igual modo, con Malcolm X (1992) realiza un bombástico y arriesgado biopic sobre una de las figuras claves en la conquista de los derechos civiles, quien fue furioso predicador islámico y defensor de la liberación afrodescendiente, en el cual recuenta la perpetua historia de segregación a través de la violencia y la envidia. Con BlacKkKlansman (2018) relata la verídica infiltración de un detective judío en el Ku Kux Klan luego de que un detective afroamericano tuviera contacto telefónico con David Duke, mientras demuestra que la intolerancia neofascista sigue vigente en los sectores ultraconservadores. Por otro lado, con películas como 25th Hour (2002) e Inside Man (2006), presenta la amalgama étnica que distingue la ciudad de Nueva York, junto a los prejuicios, sesgos y la histeria exacerbada luego de los atentados del 9/11.

En Da 5 Bloods, Spike Lee ahonda estos rasgos narrativos y temáticos. En términos argumentales, cuenta la historia de cuatro veteranos afroamericanos del Ejército —que se hacen llamar Sangres—. Paul (Delroy Lindo), Otis (Clarke Peters), Melvin (Isiah Whitlock Jr.) y Eddie (Norm Lewis) deciden regresar a Vietnam para recuperar los restos del líder de su escuadrón, Stormin´ Norman —personificado en flashbacks por Chadwick Boseman—, así como también unos lingotes de oro enterrados en lo profundo de la selva, luego de un sangriento altercado contra los VietCongs. Esta travesía también tiene como finalidad sanear las frustraciones que arrastran estos personajes principales. Todos tienen una deuda con Stormin´ Norman, quien fue una figura casi mítica: un guía y educador de lecciones de orgullo y conciencia sociopolítica. Una especie de “Martin Luther King Jr., y Malcolm”, rememora Otis.

En contraste, Da 5 Bloods —en la misma línea de películas como The Deer Hunter (Michael Cimino, 1978) y Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979)— examina con compleja perspectiva las desilusiones históricas que supuso este fracaso bélico para los Estados Unidos. Spike Lee revisa las fracturas que se cimentaron en la conciencia colectiva de esa sociedad a través de la dolorosa experiencia afroamericana. El personaje de Paul combate con fuertes altibajos: sufre de estrés post traumático, aún no supera la muerte de ciertos seres queridos y tiene una áspera relación con su hijo, David (Jonathan Majors). A la sazón, junto a una xenofobia disfrazada de patriotismo, es un seguidor de Donald Trump. Por su parte, Otis intentará reconciliar con su pasado: tuvo un viejo romance con una antigua prostituta, Tiên (Lê Y Lan), quien le ocultó un impactante secreto durante décadas. En cambio, otros vicios son tratados a través de Eddie, quien enfrenta deudas económicas por malas inversiones y matrimonios fallidos; y Melvin quien, a pesar de sus buenas intenciones, abusa del alcohol.

Así, Da 5 Bloods abunda en las secuelas y contradicciones que tienen los personajes. Esto se conjuga con los atropellos sistemáticos que deben enfrentar, tanto en sus comunidades, como en sentido personal. Uno de los momentos más evocadores ocurre cuando los Sangres se enteran del asesinato de Martin Luther King Jr., en pleno periplo en medio de la selva. Es decir, la guerra no sólo sucede en países extranjeros, sino que se libra con intensidad en su propio país contra el odio y la indiferencia. Asimismo, con la narrativa de la búsqueda del oro, Spike Lee afronta temas atemporales como la avaricia, la desconfianza y el egoísmo. En principio, el tesoro que deben encontrar será destinado “a su gente”, pero los personajes tienen sus propias necesidades económicas. Tomando referencias al clásico The Treasure of the Sierra Madre (John Huston, 1948), esta aparente fortuna muestra los peores instintos de las personas, lo cual resquebrajará la camaradería del grupo.

A nivel estético, Spike no rehúye a entablar conexiones directas entre Da 5 Bloods con los eventos trágicos del pasado y la actualidad. Igual que en Malcolm X y BlacKkKlansman, la película yuxtapone metraje documental —ya sea de los movimientos civiles de la década de los 60 o las represalias de las autoridades— para esbozar el turbulento ambiente en los Estados Unidos. No importa si es la grabación casera que manifiesta la brutalidad policial a Rodney King en 1991 o el fatal atropello de Heather Heyer en las manifestaciones de Charlotesville en 2017, el director demuestra el desafortunado círculo vicioso de violencia al cual están sujetos todos los estadounidenses, sin siquiera distinción de por medio. Artísticamente, es una fascinación por difuminar las fisuras entre la realidad y la ficción. Esto lo consigue con una cinematografía que recurre a distintos aspect ratios6, que, desafortunadamente, comienza con espectacularidad visual y luego se degrada a una iluminación convencional y poco inventiva.

Además, toda la riqueza temática en Da 5 Bloods es eclipsada por un guion que balancea con irregularidad los giros narrativos de su historia y la plétora de géneros que presume. La trama mostrará muchas complicaciones, sacrificios y fatalidades. Involucrará una serie de personajes secundarios que tratarán de presentar una imagen pormenorizada de los conflictos internos de los países en desarrollo y el oportunismo inhumano del sistema capitalista, a través de unos activistas extranjeros —aquí participa Paul Walter Hauser, quien protagonizó Richard Jewell (Clint Eastwood, 2019)— y un empresario francés (Jean Reno). Esto hace que su duración sea excesiva y carezca de la fuerza de su contexto. En suma, adolece de los mismos problemas de otra película bélica de su director, Miracle at St. Anna (2008).

En definitiva, Da 5 Bloods es palpable en su ambición historiográfica y ficticia. En principio, el revisionismo histórico en la obra cinematográfica de Spike Lee es crítico y reflexivo, pero, en esencia, no está exento de elementos subjetivos que son inherentes a la ficción. El director no oculta el hecho de realizar una radiografía de los antecedentes históricos recientes y que tienen resonancias con las injusticias raciales en los Estados Unidos de ahora. Esta película no es el mejor esfuerzo del director afroamericano, pero sí es una película provocativa que configura una percepción incendiaria del presente. Aún seguimos presenciando el caótico y desgarrador desenlace de su memorable Do the Right Thing (1989), sólo que, en este caso, en vez de Fight the Power de Public Enemy, se escucha This is America de Childish Gambino.

Fuentes consultadas:

[1]. Hace unos días, el jurista y catedrático dominicano Eduardo Jorge Prats advertía sobre los peligros de analizar la Historia y el pasado con los ojos prejuiciados del presente y no en su debido contexto. Ver: El furor de racistas e iconoclastas. Periódico dominicano “Acento Diario”. Publicado el 12 de junio de 2020. Disponible en el siguiente enlace: https://acento.com.do/opinion/el-furor-de-racistas-e-iconoclastas-8828401.html

[2]. HBO Max retira ‘Lo que el viento se llevó’ de su catálogo de EE UU por las acusaciones de racismo. Periódico español “El País” (versión digital). Publicado el 10 de junio de 2020. Disponible en el siguiente enlace: https://elpais.com/cultura/2020-06-10/hbo-retira-lo-que-el-viento-se-llevo-de-su-catalogo-por-las-acusaciones-de-racismo.html

[3]. DEL MOLINO, Sergio. Ojalá el racismo se solucionase suprimiendo ‘Lo que el viento se llevó’. Periódico español “El País” (versión digital). Publicado el 11 de junio de 2020. Disponible en el siguiente enlace: https://elpais.com/television/2020-06-11/ojala-el-racismo-se-solucionase-suprimiendo-lo-que-el-viento-se-llevo.html?event_log=oklogin&o=cerrado&prod=REGCRART

[4]. UGWU, Reggie. Spike Lee and the Battlefield of American History. Periódico estadounidense “The New York Times” (versión digital). Publicado el 21 de mayo de 2020. Disponible en el siguiente enlace: https://www.nytimes.com/2020/05/21/movies/spike-lee-da-5-bloods.html?action=click&module=Well&pgtype=Homepage&section=Movies

[5]. SCOTT, A.O. The Essential Spike Lee. Periódico estadounidense “The New York Times” (versión digitalI). Traducción libre. Publicado el 2 de junio de 2020. Disponible en el siguiente enlace: https://www.nytimes.com/2020/06/02/movies/spike-lee-best-movies.html

[6]. Se denomina aspect ratio (“relación de aspecto”, en español) a la combinación entre la anchura y la altura de la imagen. Se obtiene por el tipo de lente que tiene la cámara que filma la escena. Esto se aprecia a través de la pantalla. Ver:HELLERMAN, Jason. How Spike Lee Uses Aspect Ratio to Drive Story. Blog de cine “No Film School”. Publicado el 15 de junio de 2020. Disponible en el siguiente enlace: https://nofilmschool.com/da-5-bloods-aspect-ratios

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Ysidro Eduardo García R. es abogado. Oriundo de San Francisco de Macorís. Egresado de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM). Desde joven, es un amante del séptimo arte y la crítica de cine. Ha tomado cursos de Producción Cinematográfica en la Escuela Altos de Chavón.