Jim Morrison, cantante, rockero, miembro del grupo The Doors, era también un “poeta maldito”, como Rimbaud, joven, extrovertido, sex symbol e iconoclasta. No era un extraño a las artes. Desde muy joven leía con sed todo tipo de literatura de las bibliotecas de sus familiares, así lo recuerdan su madre y sus hermanas. Muy joven ingreso a UCLA y terminó de estudiar la carrera de cinematografía.
Como ícono de los letristas de la contracultura, en plena época psicodélica, Jim Morrison fue clave en llevar la experiencia lisérgica a la poesía y a la prosa, incluso antes de liderar The Doors.
Fue apresado por ebrio y mostrarse impúdicamente mientras hacía un performance en uno de los conciertos de The Doorsen California. Bebedor de alcohol y consumidor de sustancias ilícitas, con frecuencia subía al escenario bajo sus efectos.
El disco “El Rey Lagarto” de The Doors, en su carpeta contiene una serie de poemas que permearon la época, ganando el apodo de Rey Lagarto. Son poemas que caen como bombas irreverentes y lo sitúan como un poeta de alto calibre. Estuvo influenciado por Frederic Nietzsche, Arthur Rimbaud, William S. Burroughs, Allen Ginsberg, Lawrence Ferlinghetti, Louis-Ferdinand Céline, Vladimir Nobokov, Molière, Franz Kafka, Albert Camus y Honoré de Balzac. También por Charles Baudelaire, Jack Kerouac, Jean Cocteau, así como los filósofos existencialistas franceses.
Su poesía es dura, directa, joven y fuera de lo común. A continuación, una pequeña muestra:
Inmaculadamente drogado
Te diré esto.
Ninguna recompensa eterna nos perdonará ahora.
Por malgastar el alba.
Vuelvo a aquellos días, todo era más sencillo y más confuso.
Una noche de verano, yendo al muelle.
Me encontré con dos jóvenes chicas.
La rubia se llamaba Libertad.
La morena, Empresa.
Hablamos y me contaron esta historia.
Ahora escucha esto…
Te hablaré sobre Texas radio y su gran ritmo
Suavemente conducido, lento y loco.
Como algún nuevo lenguaje.
Llegando a tu cabeza con el frío, furia repentina de un mensajero divino.
Déjame hablarte sobre la angustia y la pérdida de dios.
Divagando, divagando en la desesperada noche.
Aquí fuera no hay estrellas en todo el perímetro.
Aquí fuera estamos colocados.
Inmaculados.
Despertar del Recién Nacido
Gentilmente se agitan, gentilmente ascienden.
Los muertos son recién nacidos despertándose.
Con desoladoras amputaciones y almas húmedas.
Gentilmente suspiran en el extasiado funeral de asombro
¿Quién llamó a esa muerte al baile? ¿Fue la joven mujer aprendiendo a tocar la canción del fantasma en su pequeño piano?
¿Fueron los desérticos niños? ¿Fue el mismo fantasma de Dios, tartamudo, animado, charlando ciegamente?
Te he llamado para embalsamar la tierra.
Te he llamado para anunciar la tristeza cayendo como carne quemada.
Te he llamado para desearte el bien. Para glorificarte como un nuevo monstruo.
Y ahora te llamo para rezar.
Poder
Puedo hacer que la tierra se pare
en seco.
Hice desaparecer los coches azules.
Me puedo hacer invisible o pequeño.
Puedo convertirme en gigante y alcanzar las
cosas más lejanas.
Puedo cambiar el curso de la naturaleza.
Puedo situarme en cualquier lugar
del espacio o el tiempo.
Puedo invocar a los muertos.
Puedo percibir sucesos de otros mundos,
en lo más profundo de mi mente
y en la mente de los demás.
Yo puedo.
Yo soy.
El mundo en llamas
El mundo en llamas…
Taxi desde África…
El Gran Hotel…
Una gran fiesta anoche
atrás, volviendo atrás
en todas direcciones
durmiendo estas insanas horas.
Nunca me despertaré
de buen humor otra vez.
Estoy harto de estas apestosas botas.
La película
La película comenzará en unos instantes.
Anunció la estúpida voz.
Todos aquellos sin sitio esperarán al siguiente espectáculo.
Nos colocamos lentamente, lánguidamente en el pasillo.
El auditorio era enorme y silencioso.
Mientras nos sentábamos y oscurecía, la voz continuaba.
El programa de esta tarde no es nuevo.
Has visto este espectáculo una y otra vez.
Has visto tu nacimiento, tu vida y tu muerte.
Podrás recordar todo el resto.
¿Tendrás un buen mundo cuando mueras?
¿Bastante para basarlo en una película?
Me estoy yendo de aquí.
¿Adónde vas?
Al otro lado de la mañana.
Por favor, no persigas las nubes, pagodas.
Su sexo le atrajo como una cálida y amistosa mano.
Está bien, todos tus amigos están aquí.
¿Cuándo podré verlos?
Después de que hayas comido.
No tengo hambre.
Uh, quisimos decir golpeado.
(Traducción de Francisco Regardiz, publicados originalmente en la revista digital La Tercera, 4 de julio del 2017)
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María Teresa Puigbó es abogada. En el 2019, puso en circulación su primer poemario Habitaciones al Sol.