Resurrección
Una mariposilla a contraluz me sobrevuela.
Sin percibir su esencia,
descubro
cómo la oscuridad se puebla de puntos brillantes
que le roban su imperio.
La mirada la sigue
sin poder ubicar un espacio preciso.
El juego de pupilas me entusiasma
y comienzo a sonreír.
Eres Tú, Señor.
Amor mío
Agarrada a ti como a un clavo ardiendo,
como a un carbón encendido que purifica,
anhelo tu presencia permanente,
tu bálsamo de luz que perfuma mis días.
Amor mío,
único bien,
soporte inquebrantable,
lámpara constante que me guía
en medio de un caos no pedido.
Busco en mi memoria
las veces que he corrido de ti
apartándome de tu dulce presencia.
La quietud y el silencio
únicos peldaños que me ayudan a encontrarte,
a morir en tu amor.
Resurrección 2
Mis huesos se han movido,
están saliendo de un sarcófago oscuro
que me atrapaba en las tinieblas.
Mis huesos comienzan a limpiarse,
a brillar en tu eterna misericordia.
Los quejidos del alma van desapareciendo
y tu Espíritu define días esperanzados.
Entro a tu presencia,
ya no existo sino en ti.
Amarrada a mis hermanos
inicio el camino hacia donde me esperas,
Padre que me lo has dado todo,
aguardando la unión definitiva.
Desaparecer en ti
Desaparecer en ti,
diluirme en tu luz,
respirar acompasadamente,
vivir al ritmo de tu amor,
reconocerte en todo,
regocijarme en tu eterna piedad,
pedir por mis hermanos que es pedir por mí,
borrar las líneas que me atan al pasado,
enterrar mis culpas en tu misericordia,
aceptar tu voluntad,
deslumbrada por el perfecto amor
de ti conmigo.
Si la palabra amor te definiera…
Si la palabra amor te definiera.
Si aspirar la mañana y recorrer el agua fueran un atisbo de ti.
Si bautizar la brisa y las hojas brillantes desbordaran el deslumbre.
Si parara la respiración y tu recuerdo de siempre
se detuviera en oleajes transparentes.
Si las yerbas marinas y los peces sin nombre escribieran mi historia…
Entonces
¿cómo llamar a esta sensación terrible que me golpea el alma
llevándome hacia ti?
Oración por el agua
Yo te pido, Señor,
por el río mermado
por el terrón reseco
por el surco que espera la semilla
por el hombre que vive del agua y de la tierra
por los animales que pacen y que beben
por el verde que embalsama el espíritu.
Yo te pido, Señor,
por la lluvia que rellena los cauces
por los torrentes que mojan y consuelan
por las hojas que repones sobre los claros y las hondonadas
por las nubes que pintan de gris el firmamento
para que luego nazca el arcoíris.
Yo te pido, Señor,
por las pequeñas flores que colorean la vida,
por el fruto que nos trae el alimento
por los niños que todavía no han nacido
por el Espíritu que nos fortalece
por el agua del alma.
Yo te pido, Señor,
por el silencio
por esa paz iluminada
por el ruido del viento,
por el golpe del canto
por este templo verde que has edificado como un regalo al hombre.
Yo te pido, Señor,
desde mi alma contrita
desde mi pequeño y encendido corazón
de rodillas en el centro de mí misma
doblegada ante tu inmenso amor
recogida dentro de mí
siendo contigo.
_____
Jeannette Miller es poeta, narradora, ensayista e historiadora de arte. Miembro de la Generación del 60. Fue Directora del Suplemento Cultural ESPACIOS, del periódico El Caribe y es miembro de número de la Academia Dominicana de la Historia. Ha publicado más de 70 títulos. Premio Nacional de Literatura 2011.