¿Cuánto revuelo y alboroto puede causar una película para su propio beneficio o perjuicio? En su edición de marzo de 2019, la revista mexicana Letras Libres publicó una conversación sostenida entre tres críticos de cine. Uno de ellos señaló con certeza que, en la industria cinematográfica actual, la publicidad y las críticas a ciertas películas de alto perfil constituyen el propio entretenimiento, a veces por encima de la película misma1. Esta presunción encuentra un ejemplo perfecto e hiperbólico en la anticipada Joker (Todd Phillips, 2019), película que pretendo reseñar más adelante.
En su momento, hubo opiniones en contra cuando Warner Bros. y DC anunciaron la realización de un proyecto sobre los orígenes del legendario némesis de Batman2. La percepción fue cambiando hacia la curiosidad mientras se filtraban informaciones sobre la película3. El verdadero giro de apreciación ocurrió cuando Joker –quizá ante todo pronóstico dado a que su género es adverso al circuito de festivales4– ganó el León de Oro en el pasado Festival de Venecia, otorgado por un jurado presidido por la directora argentina Lucrecia Martel. Luego, logró tomar fortaleza definitiva con una entusiasta recepción en el Festival de Toronto5.
Joker también ha cosechado su buena dosis de polémica previo a su estreno comercial. A saber, una parte de la crítica entiende que es una película “tóxica”6 y que justifica la violencia7. Otros argumentan que simpatiza con la cultura misógina manifestada a través del movimiento denominado incel –o célibes involuntarios, en español8–, compuesto de hombres resentidos con la sociedad y su propia “incapacidad” de congeniar con las mujeres. Incluso, familiares de víctimas de atentados perpetrados por este grupo han expresado públicamente sus preocupaciones hacia la película9, mientras que la seguridad en los cines de los Estados Unidos ha sido garantizada durante este fin de semana10.
Amén de estas controversias, Joker estará marcada por este contexto, para bien o para mal. Obviamente, esto produce un efecto deseado: la ayudará en su desempeño de recaudación de taquilla porque la audiencia se siente ya atraída a constatar las “supuestas” características desequilibradas de la película. De mi parte, entiendo que esta situación nos plantea con apremio otras cuestiones fundamentales –que no serán tratadas en estas líneas– sobre la industria, como la función de una cobertura responsable y objetiva en el mundo del espectáculo, y el análisis anticipado (por no decir “prejuiciado”) de las obras cinematográficas.
Dicho lo anterior, hablemos de la película. En términos argumentales, Joker cuenta la historia de Arthur “Happy” Fleck (Joaquin Phoenix), un hombre con marcados trastornos psicológicos y de personalidad. Es un aspirante a comediante que aún vive con su madre (Frances Conroy) y que se gana la vida como payaso en una compañía de entretenimiento. A la par, Ciudad Gótica está sumida en tiempos de desaliento y caos social (¡qué novedad!), mientras se dirige a celebrar una campaña política por la alcaldía, de la cual el candidato favorito es el multimillonario Thomas Wayne (Brett Cullen). Así las cosas, la hostilidad en las calles y en sus alrededores influirán en el comportamiento de Arthur, hasta el punto de convertirlo en el Guasón.
La trama de Joker deconstruye en parámetros mundanos y urbanos los elementos de la mitología de este villano. Me explico: debido al impacto del director y guionista Christopher Nolan en el género de superhéroes, la idiosincrasia de los cómics y de estas películas se reinventan conforme a los tiempos actuales. La versión caricaturesca del Guasón de Jack Nicholson en Batman (Tim Burton, 1989) quedó eclipsada por ese agente anárquico personificado por Heath Ledger en The Dark Knight (2008). Su Guasón era una figura que resultaba contradictoria, pero que se enmarcaba en la teoría del caos planificado, como bien apunta el jurista dominicano Eduardo Jorge Prats11. Asimismo, otro villano que se nutre de esta esencia del contexto es el de Killmonger (Michael B. Jordan) en Black Panther (Ryan Coogler, 2018), un afroamericano que busca redimir la opresión al tono extremista de Malcolm X.
En ese sentido, en Joker se nos presenta que el grado de frustración de Arthur se debe a varias razones. En primer lugar, Arthur es sujeto de situaciones injustas y de eventos traumáticos que inciden considerablemente en su resentimiento e impotencia. En segundo lugar, es víctima de la indiferencia y negligencia del sistema de asistencialismo de un estado patriarcal –como los servicios sociales, el acceso a medicamentos de alto costo, la reinserción social, la escasa seguridad ciudadana, entre otros–. Por otro lado, la película esboza con cierta notoriedad una crítica a la desigualdad de clases como comentario socioeconómico. El desdén de Arthur hacia los ricos se convierte en un símbolo de hartazgo e insurrección de los marginados de la sociedad.
Sin embargo, la actitud errática de Arthur parece ser controlada gracias a dos personas: su vecina de piso, una extrovertida Sophie (Zazie Beetz), y el anfitrión televisivo Murray Franklin (Robert De Niro). Ambos funcionan como una cápsula de escape al patetismo de su realidad. También sirven para conectar los fuertes ecos referenciales que tiene Joker con The King of Comedy (Martin Scorsese, 1983) debido a unas recurrentes fantasías de Arthur similares a las alucinaciones de Rupert Pupkin (encarnado, en aquella película, por De Niro).
Este retrato pormenorizado permite justificar la conversión de Arthur en el Guasón. No obstante, esta interpretación del villano, por momentos, resulta literal y frontal conforme progresa la trama. Por ejemplo, se nos muestra que Ciudad Gótica pasa por una fuerte huelga por la recogida de desechos sólidos y las calles se encuentran atestadas de basura. Una clara alegoría de las inmundicias que hay en la sociedad. Del mismo modo, Arthur lleva consigo una especie de tarjeta de presentación que informa de su condición psicótica y su cuadro clínico.
Muchos podrán pensar que de eso se trata un “origin story”. Pero en contraposición, considero que uno de los mayores atractivos del Guasón, no sólo el de Ledger, sino también el de los cómics de Alan Moore, es la ambigüedad narrativa y moral del personaje, dejada en mayor parte a la subjetividad y construcción del espectador. Entiendo que parte del encanto del Guasón es que no se necesita una razón concreta para conocer sus antecedentes. Sin embargo, en Joker hay una preocupación por comprender la locura extrema de su personaje principal y humanizar, en los impulsos de Arthur, sus manifestaciones gráficas e insensatas de violencia.
Por otro lado, un aspecto destacable de la película es su ejecución. Su director y coguionista, Todd Phillips (Nueva York, Estados Unidos, 1970), antes de esta incursión dramática, es conocido por sus comedias irreverentes y de corte masculino, como Old School (2003), la trilogía The Hangover (2009, 2011, 2013), Due Date (2010) y War Dogs (2016). En Joker demuestra una atinada dirección cinematográfica y una propuesta estética bien formal. Los momentos de experimentación artística son digeribles; por ejemplo, cuando el Guasón comete sus actos, expresa su alivio a través de bailes. La cámara, que en ocasiones es hand-held, mantiene la coherencia. Así sucede con otros momentos de fuertes reacciones –como dos distintas escenas que ocurren en vagones de trenes–.
Además, las influencias cinematográficas de Phillips lo ayudan a conseguir sus intenciones. La representación de su Ciudad Gótica es la de un Nueva York en la década de los 80. Posee semejanzas metropolitanas con la filmografía del gran director Sidney Lumet, ya sea en Dog Day Afternoon (1975) o Network (1976). Incluso, en Joker hay una secuencia parecida a la última de Network, con varios monitores comentando noticias relacionadas al Guasón. Asimismo, Phillips recurre al estilo de Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976) en términos de delinear un inadaptado social (en la cual, el protagonista era interpretado por Robert De Niro).
Por su parte, la actuación de Joaquin Phoenix mantiene consonancia con su trabajo histriónico. Ha interpretado una buena cantidad de personajes complejos y oscuros. Como ejemplo, puedo mencionar sus actuaciones en la devastadora You Were Never Really Here (Lynne Ramsay, 2017), en la enigmática The Master (Paul Thomas Anderson, 2012) e, incluso, en la delicada Her (Spike Jonze, 2013), en la cual hace de alguien depresivo y aislado de la sociedad. Su Guasón tiene una apariencia sugerente a su condición trastornada. Su físico, para mí, tiene ciertas comparaciones con el protagonista de Nightcrawler (Dan Gilroy, 2014). Es una actuación comprometida, sufrida y gozosa, a la altura del discurso temático de la película.
En concreto, y rescatando las críticas del introito de este texto, a mi juicio, Joker no celebra ni valida la violencia masculina en la sociedad, tampoco hacia las mujeres. Con relación al primer punto, la película cuestiona y castiga la violencia desproporcionada de Arthur. Pero como advierte la crítica de cine Fernanda Solórzano, si esto resulta inspirador, no es responsabilidad de la película12. Con respecto a la misoginia de la trama, Joker es sutil con sus personajes femeninos. A través de ellas, muestra cierta condescendencia al trato violento y, en algunos casos, se permite el lujo de dejar conclusiones a nuestra propia interpretación.
Por último, Joker brinda una oportuna reflexión a la “supuesta” superioridad moral de un grupo de personas, entre los cuales se encontrarán muchos espectadores de la película. Tendemos a sentirnos ajenos a la comisión de injusticias hacia los demás. Sin embargo, de una manera u otra, en algún momento de nuestras vidas, si hemos cometidos actos negativos y reprochables a personas sensibles o inestables. Estas últimas, como Arthur, pueden canalizar erróneamente estas frustraciones en perjuicio de la sociedad. Contrario a esta posición, creo que Joker nos invita, a su modo, a ser mejores.
Ysidro Eduardo García. Abogado. Oriundo de San Francisco de Macorís. Egresado de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM). Desde joven, es un amante del séptimo arte y la crítica de cine. Ha tomado cursos de Producción Cinematográfica en la Escuela Altos de Chavón.
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Fuentes consultadas:
[1]. DIEZMARTÍNEZ, Ernesto; GONZÁLEZ LARA, Mauricio; KRAUZE, Daniel. Twitter mató al crítico estrella. Revista cultura “Letras Libres” (versión digital). Publicado el 1 de marzo de 2019. Disponible en:https://www.letraslibres.com/mexico/revista/twitter-mato-al-critico-estrella
[2]. FRANCISCO, Eric. We Really Don´t Need to Know The Joker´s Origin Story. Revista “Inverse” (versión digital). Publicado el 19 de julio de 2018. Disponible en: https://www.inverse.com/article/47214-joker-origin-movie-does-not-need-to-be-explained
[3]. RAVENOLA, Dean. The untold truth of Joaquin Phoenix`s Joker film. Revista “Looper” (versión digital). Publicado el 20 de febrero de 2019. Disponible en: https://www.looper.com/145869/the-untold-truth-of-joaquin-phoenixs-joker-film/
[4]. SUCASAS, Ángel Luis. El último tabú en morir. Periódico español “El País” (versión digital). Publicado el 9 de septiembre de 2019. Disponible en: https://elpais.com/cultura/2019/09/08/ka_boom/1567962359_107700.html
[5]. THOMPSON, Anne. TIFF Proved ´Joker´ Is a Major Oscar Contender That Could Go All the Way. Revista cinematográfica “Indiewire” (versión digital). Publicado el 13 de septiembre de 2019. Disponible en: https://www.indiewire.com/2019/09/joker-oscars-tiff-todd-phillips-joaquin-phoenix-1202173351/
[6]. EHRLICH, David. ´Joker´ Review: For Better or Worse, Superhero Movies Will Never Be the Same. Revista cinematográfica “Indiewire” (versión digital). Publicado el 31 de agosto de 2019. Disponible en: https://www.indiewire.com/2019/08/joker-review-joaquin-phoenix-1202170236/
[7]. FEINBERG, Scott. Tuit publicado el 10 de septiembre de 2019, a través de su usuario @ScottFeinberg en la red social Twitter. Disponible en: https://twitter.com/scottfeinberg/status/1171527266616000513?s=21
[8]. Para mayor información sobre este “movimiento”, recomiendo: WILLIAMS, Zoe. ´Raw hatred´: why the ´incel´ movement targets and terrorises women. Periódico británico “The Guardian” (versión digital). Publicado el 25 de abril de 2018. Disponible en: https://www.theguardian.com/world/2018/apr/25/raw-hatred-why-incel-movement-targets-terrorises-women
[9]. LANG, Brent. Familes of Aurora Shooting Victims Express Concerns About ´Joker´. Revista estadounidense “Variety” (versión digital). Publicado el 24 de septiembre de 2019. Disponible en: https://variety.com/2019/film/news/aurora-victims-gun-violence-joker-1203347159/
[10]. D´ALESSANDRO, Anthony. ´Joker´ Opening: LAPD Says ¨No Credible Threats¨ While Exhibitors Remain Vigilant As Theatrical Release Nears. Revista de entretenimiento “Deadline” (versión digital). Publicado el 26 de septiembre de 2019. Disponible en: https://deadline.com/2019/09/joker-security-threats-lapd-fbi-homeland-security-1202746185/
[11]. JORGE PRATS, Eduardo. La política del Guasón. Periódico digital “Acento Diario”. Publicado el 28 de diciembre de 2018. Disponible en: https://acento.com.do/2018/opinion/8637132-la-politica-del-guason/
[12]. SOLÓRZANO, Fernanda. A 20 años de Fight club: ¿quién quiere ser Durden? Revista cultural “Letras Libres” (versión digital). Publicado el 1 de octubre de 2019. Disponible en: https://www.letraslibres.com/mexico/revista/20-anos-fight-club-quien-quiere-ser-durden