Tú no percibes esa gota negra que me carcome el alma porque tienes mi cuerpo transparente cuando vienes al ágape. Yo sé que bien se alegra la boca en el terrón, pero es amargo también este mortal vaso que libas. Avanza un poco más, no te prohíbas el ácido rumor que también cargo. Así estoy sazonado: estrella y cieno, dolor y miel, espanto y seguir puro. Te sepa a néctar, dices. Hay veneno que no me catas y -mientras te amo- voy derramándote mi lado oscuro -junto a la luz que llevo- tramo a tramo.
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Jorge García de la Fe (1954, Cárdenas, Cuba) Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad de la Habana y Máster en Literaturas y Culturas Latinoamericanas en Northeastern Illinois University.