¿Cómo se ha creado el mundo visual del artista Silvano Lora? ¿De qué manera su obra “habla” como vida del ser cultural y estético? El rutario del artista se inicia al asumir la relación arte-cultura, arte-realidad social y arte-pensamiento resistente. El neo-realismo visual y metafórico de su obra motiva y a la vez inicia una aventura que se percibe mediante la construcción estética de una mirada integradora de elementos culturales y humanos que se reconocen en la forma-sentido de su productividad artística.
Asistimos a un pronunciamiento estético-visual que ha sido escenario de búsquedas en el contexto de una diversidad de lo visible como estado de un ser-artista en el mundo de las formas culturales intuidas y asumidas como cuerpo dinámico de creación y significación de la obra visual. Cuando a finales de la década del 40 del pasado siglo Silvano Lora ingresó como estudiante a la Escuela Nacional de Bellas Artes, surgieron aquellas inquietudes e intuiciones para ver el mundo de la vida bajo la mirada libre de la subjetividad creadora y liberadora. También sintió el artista la pasión por enseñar a leer gráficamente el mundo social como parte de un fenómeno estético-recesivo.
Un arte pensado para criaturas indefensas y un espacio creacional para vivir la libertad del arte cobró para el entonces joven artista significado, dinamismo, valor de comprensión del mundo vivido y contextualizado como obra-universo.
Silvano Lora entendió desde muy temprano que el arte no es solo una práctica individual o privada del artista, sino más bien un locus urbano, real, simbólico y sobre todo fluyente de enunciación y sentido. De ahí que su taller tuvo siempre dos funciones: creadora y educadora.
Esas dos cardinales de su trabajo artístico constituyeron su universo de formación y su espacio de creación. El taller, la casa y la calle fueron lugares reales e imaginarios donde adquirió valor su arte y contexto de reflexión. Desde su discurso cultural y estético la siembra del artista se reveló como forma significante en otros jóvenes creadores, que más tarde buscaron en su obra y profesorado formador los valores y modelos de una creación identitaria en constante movimiento y relación.
Vida y obra de Silvano Lora (1931-2003), se han constituido como caminos de creación desde una utopía-cultura que el artista vivió como una razón experimental con materiales, técnicas gráficas y pictóricas, procedimientos escultóricos, creación mural, cine, instalación eco-arte, museo natural, intercontacto sujeto-mundo; esto es, un arte democrático basado en soluciones técnicas alternativas que desarrolló como poética emancipadora, luego de incesantes viajes por Europa, el Medio Oriente, Latinoamérica y el Caribe insular.
Cuando regresó al país a comienzos de la década del 60 del siglo pasado, Silvano Lora retomó sus actividades creadoras, formadoras y experimentales con artistas que participaron en el grupo Arte y Liberación. Allí entró en contacto con escultores, dramaturgos, poetas, narradores, cineastas, muralistas, artistas gráficos, músicos y publicistas con actitud de creación y solidaridad.
Según el crítico e historiador Danilo de los Santos: “El acontecimiento de la Guerra del 65 le permitió a Silvano Lora producir numerosos carteles y otros íconos alusivos, elaborados como anales visuales en los que emplea collage como recurso fortalecedor de los datos narrativos. El crítico francés Moulin escribe al respecto ‘sobre figuraciones compuestas, multiplicando los motivos y las consecuencias visibles de la agresión sobre varios registros, yuxtaponiendo fragmentos de imágenes contrarias o complementarias cuyo desciframiento traducía la relación de las fuerzas en presencia y la complejidad de las contradicciones’”. (Ver, Danilo de los Santos, en, “Silvano Lora… y la Guerra Constitucionalista de 1965”, en “Silvano Lora: Un arte combatiente”, publicación del Ministerio de Cultura, la Dirección General de Bellas Artes y la Universidad Autónoma de Santo Domingo, 2012, p. 36).
Para Silvano Lora, la Guerra de Abril de 1965 fue un laboratorio humano donde se fraguaron voces e imágenes de una realidad crítica y socialmente responsiva. La segunda ocupación norteamericana produjo en el país una respuesta violenta, de actitud digna y democrática.
Nuestro artista creó una constelación gráfica de signos e imágenes críticas surgentes de una visión combativa y una voluntad mostrativa de utopías transformantes. Creó también imágenes que aun hoy narran situaciones y vidas mutiladas a través de una razón política y estética donde tema, vida, forma, cuerpo, gesto y símbolo produjeron efectos de consciencia crítica en base a enunciados visuales explícitos estructurados como forma-sentido, campos de fuerza expresivos y sentientes.
Silvano Lora construyó desde su práctica artística una pedagogía crítica, hasta su partida del mundo en el 2003, utilizando en su obra técnicas expresivas como: acrílica/papel, óleo/cartón, collage/papel, carboncillo/papel, técnica mixta, collage/madera y otros procedimientos matéricos aplicados a temas y a prácticas que se hacían en el Taller Público Silvano Lora, donde el mismo principio de educación popular se fundamentaba en una concepción formativa de educación artística pública y experimental.
La poética de un arte público y ecológico llevada a cabo por Lora fue un recorrido por las raíces de la historia popular dominicana asumida como cuerpo de cambio y creación. De ahí que ilustraciones de libros, consignas políticas, afiches, gráfica de revistas y periódicos políticos, así como un muralismo crítico visible constituyeron su universo creador y dialógico.
Es importante destacar que desde la estética visual povera, neo-realista, plástico-mutante e icónico-dinámica, el artista deconstruye un fenómeno de creación asumiendo la poética ecocrítica del color, el material artístico flexible, el reciclaje de materiales y las llamadas “formas simples” de lo real imaginario.
Las semiosferas del signo plástico en este autor visual dominicano, se leen mediante la diversidad cultural de signos e imágenes críticas. La iconoclastia planteada por Silvano Lora en murales, pinturas, dibujos, escenografías, escenarios visuales y rupturas signográficas sugieren un mundo de formas significantes pronunciadas en diversos ejes de creación visual, tal y como se puede observar en obras como: Pareja (1954), El ángel rojo (1959), Proyecto de huracán (1961), Sin título (1962), Homenaje a Jacques Viau (1965), Homenaje a Pipe Faxas (1965), Agresión (1971), la serie Levántate, Juan (1981), Flor endémica (1981), Captura y castigo de un alzado (1989), Cáliz Incendiado o la natividad (1989), Isla desierta / Dog island (s.f.), Heliconia (s. f.), Flor campana (s. f.), Decapitación del Caribe negro (s. f.), Formación crepuscular de las nubes dominicanas (s. f.), La cueva de Guarachos, en Trinidad (s. f.), Viento de los IBIS, en Trinidad (s. f.), Muerte de un delfín , entre San Vicente y Santa Lucía (s.f.), Mole de San Nicolás, en Haití (s. f.), Isla redonda, (s. f.), La tumba de los colonizadores, Catedral ST George (s.f.), Tromba marina, en Le Cabaret, Martinica (s. f.), Mutante, (s.f.), Cayuco (instalación) (s.f.), y una cantidad enorme de bocetos y sin títulos que revelan, en progreso, una estética del Caribe insular. (Véase Catálogo de obras, 2013, op. cit.).
La exposición Silvano Lora: un arte combatiente –presentada y abierta desde el 25 de julio al 8 de septiembre de 2013 en la Galería Nacional de Bellas Artes y posteriormente presentada del 8 al 31 de octubre de 2013, en la Biblioteca Pedro Mir de la Universidad Autónoma de Santo Domingo– fue un evento que congregó un público diverso, en contacto con una huella marcada por el recuerdo de su ejemplar Bienal Marginal y sus talleres barriales, performances y experiencias artísticas llevadas a cabo mediante el recurso de una utopía liberadora de su condición artística libertaria. Conjuntamente con su proyecto de enseñanza artística popular pública vinculada a sectores marginales participantes en barrios de la capital y en búsquedas realizadas en zonas extraurbanas, el artista hizo de su obra un enmarque de consciencia identitaria y pensamiento crítico.
El reclamo permanente a las autoridades gubernamentales fue un rutario que lo llevó a tener conflictos con las políticas de gobierno basadas en la exclusión de los “pobres económicos” y excluidos en muchos casos de la educación formal. De ahí sus metáforas, símbolos, signos y gestos visuales que sobresalen en las cardinales de su obra abierta.
El arte llamado estratégicamente marginal creado en el interior de casas pobres, paredes exteriores cercanas a la calle, patios, viviendas interiores deterioradas y propias de una “cultura de la pobreza” fortalece los ejes de una estética de lo cotidiano en el Barrio Santa Bárbara y en sus medianías.
Aquello que se proyecta desde esas imágenes del desconcierto y la memoria popular se reconoce también en un tiempo-espacio de la otredad y la alteridad social. El cuerpo vincular y vinculante de este fenómeno artístico es algo que está aún por estudiar en el contexto de una estética y una historia del arte dominicano de finales de siglo XX y lo que va de siglo XXI.
Por otra parte está pendiente un catálogo razonado de su obra gráfica, pictórica, dibujística, instalativa, escultórica y mural. La conceptualización de esta obra y sus lecturas direccionales motivan una búsqueda histórico-crítica y estético-artística basada en una historia de las respuestas visuales, cuyos vínculos sociodinámicos podrían explicar los géneros y mundos advertidos por su creación artística.
En este sentido, nuestro artista fue un sujeto vincular que desarrolló movimientos creadores alternativos, donde los participantes exploraban y exploran los núcleos de proyectos artísticos que se planteó el artista en vida. Cabe observar que la contemporaneidad de su obra lo condujo a viajar para descubrir variedades de creación en países como Francia, Egipto, Italia, Dinamarca, Brasil, Moscú, Suiza, Panamá, Puerto Rico, Cuba y otros, donde el artista descubrió modos de hacer un arte integral y abierto.
Podemos decir que sus creaciones de arte público son emblemáticas por su elaboración técnica y artística, destacándose murales, monumentos escultóricos y performance(s) asumidos como parte de su proyecto ideológico y estético: Mural UASD, Facultad de Economía (1992); Monumento a los Héroes del 30 de mayo (1995); Ciudad agredida (1965), Tríptico realizado en mixta sobre tela, 188 x 163 cm; Flor endémica (1981); La democracia pulcra, Mural Junta Central Electoral (1995); La voluntad popular depositada en legisladores (1997); Mural Hospital “Doctor Antonio Musa” en San Pedro de Macorís (1999); El agua y la Vida, Mural en el tanque de agua de la CAASD (1999).
Todo lo anterior va de la mano con la gestión de procesos artísticos y culturales que involucraron una práctica visionaria conformada por el sueño revolucionario proporcionado por su concepción estético-artística y política. Las huellas de dicha travesía imaginaria se concentran en su obra performática, escultórica, pictórica, mural, dibujística y gráfica. Nuestro artista debe ser estudiado también en sus proyectos realizados y los no realizados que reposan en una inmensa papelería que aún no ha sido enfocada como base de obra. Esta experiencia estética apenas se conoce y podría ser tomada en cuenta por el nuevo coleccionismo de arte en el país dominicano. Tenemos informaciones sobre ese estado de mundo artístico plasmado en su archivo personal y familiar que muy pronto estará disponible para ser consultado y conocido por críticos, historiadores, profesores de arte y una masa de gestores y seguidores de su obra.
Nuestro artista “boceteaba” con pasión y era allí donde se gestaba el producto artístico futuro. Lo mismo ocurría con sus escenarios visuales, arte-objeto, arte de la tierra, eco-arte y un concepto de museo abierto ligado a la oposición naturaleza-cultura que fundó en Los Ríos de Neyba en 1984.
En el 2000 Silvano ideó y organizó el Primer Festival de Cine de Santo Domingo, creando una gran expectativa en torno al llamado Séptimo arte. Constituyó un equipo de cineastas y cinéfilos que lo acompañaron en esta empresa, aportando así a un capítulo necesario para el desarrollo de una consciencia comunicadora de la imagen en movimiento en el país. Dicha gestión fue continuada tiempo después por otros gestores culturales y cinematográficos que organizaron el festival y otros encuentros posteriores como respaldo a sus ideas sobre lo que podría ser el cine dominicano.
En 1997, el cineasta y videasta Oscar Grullón organizó la Muestra de Cine Marginal que se realizó en el barrio de Santa Bárbara junto con Silvano Lora. Se presentaron videos de Puerto Rico, Venezuela, Cuba y República Dominicana. Se hicieron cineforos con directores de Venezuela, Cuba, Puerto Rico y República Dominicana. Presentaron documentales Oscar Grullón (Nostalgia del futuro) y René Fortunato (Tras la huella de Palau). El Videoperformance ecológico sobre la quema y destrucción de árboles, que se llevó a cabo en la entrada oeste de la UASD, en el lugar donde hoy está el edificio para tratamiento de cáncer, culminó en la Facultad de Ingeniería y Arquitectura, con un equipo de estudiantes de término de la Escuela de Teatro de Bellas Artes.
Luego de fallecer el 12 de julio de 2003, el artista Silvano Lora ha sido objeto de atención por críticos de arte, historiadores, jóvenes artistas, gestores culturales, ambientalistas, promotores culturales de izquierda, artistas y profesores de arte. La exposición más elocuente se estrenó como muestra retrospectiva el 25 de julio de 2013 y culminó el 8 de septiembre del mismo año.
En la actualidad existe una curiosidad y un entusiasmo por su obra creada en diferentes lenguajes, facetas y principalmente debido a su práctica creadora alternativa, multidisciplinaria. El artista asumió en su trayectoria de vida determinados temas relativos a géneros, antigéneros artísticos y prácticas que asumió como compromiso, educación popular y talleres de formación artístico-visual; Happening, acciones artísticas públicas, performance histórico, performance contra el hambre, la pobreza y el desorden medioambiental. Nuestro artista creó a lo largo de su vida obras neovanguardistas y experimentales que presentó en Corea, Florida, Copenhague, Roma, La Habana, París, Moscú, entre otros sitios donde visitó y realizó obras performáticas sobre la base de una estética de rebelión, relación y resistencia.
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En portada: Homenaje a Pipe Faxas. Acrílica sobre tela, 64” x 33”, Col. Familia Ducoudray, 1965.
Odalís G. Pérez es educador, filólogo, poeta, ensayista, dramaturgo, crítico de arte e investigador. Doctorado en Filología y Semiótica. Miembro de número de las Academias de Ciencias y de la Lengua. Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte y de la Asociación Dominicana de Críticos de Arte.