La concepción del “Dador de la Vida” en la poesía  náhualt 

La vida es un sustantivo que puede tener diversas perspectivas de acuerdo a la visión con la que se mire. Unos tienen una visión positiva, otros negativa y otros optan por un lugar más seguro al mantener una perspectiva “neutral” de este concepto. Dicho concepto tiene una vertiente que ha circulado durante años: ¿quién es el dador de la vida? o ¿qué cualidades tiene el dador de la vida? 

Los primeros pobladores de América tenían su propio punto de vista o entendimiento de la concepción de “dador de la vida”. Estas personas le atribuían este “nombre” a una fuerza mayor sobrenatural que les servía de guía para todo lo que ellos querían hacer y, si las cosas les salían  bien, le brindaban alabanzas y adoración a su dios. 

Los habitantes del Nuevo México también tuvieron su forma de ver al “creador” del universo o “dador de la vida”. En la mayoría de sus escritos (y/o literatura producida por ellos) se  mencionan aquellas cualidades que tiene aquel dador y cómo este influye en sus vidas. Estos escritos, la mayoría en verso, reflejan esos sentimientos que tienen por él (el dador) y,  además, mencionan aquellas cualidades que posee esta divinidad. 

Uno de estos escritores o poetas que otorga cualidades a este creador es Tecayehuatzin de Huexotzinco. Este fue uno de los más destacados poetas de la región poblano-tlaxcalteca, aunque la escritura no fue su primera opción. En su poesía ¡Cantemos ya! muestra una cualidad atribuida a este creador, una representación de la primavera: 

Resuenan los timbales color de jade, 

lluvia de florido rocío 

ha caído sobre la tierra. 

En la casa de plumas amarillas 

está lloviendo con fuerza. 

Su hijo ha bajado,

en la primavera desciende allí, 

es el Dador de la Vida (p.160) 

En estos versos, se ve al “dador de la vida” como una deidad que trae renovación o crecimiento, y no solo de modo personal, sino también en general, haciendo alusión a que todo lo que prospera lo hace mediante el accionar o la bendición de esta divinidad. Asimismo, en otro de los poemas de este autor titulado Principio del diálogo, despliega diversas cualidades que le atribuye a su creador. 

Bajó sin duda al lugar de los atabales, 

allí anda el poeta, 

despliega sus cantos preciosos, 

uno a uno los entrega al Dador de la vida (p.161) 

En estas líneas poéticas se evidencia una cualidad muy marcada en las culturas antiguas: la adoración a su creador. El último verso retrata que los cantos deben ser para entregarlos al dador, nada más y nada menos, como muestra de adoración por ser un “ser” divino. 

En este mismo poema, hay otra cualidad que tiene el dador de la vida: él responde. Esto se  puede ver en estos versos: 

Allá escucho sus voces, 

en verdad al Dador de la vida responde (p.161) 

Para las culturas, que una divinidad responda es algo sumamente importante porque esto quiere decir que dicho creador es receptivo con su creación, formándose así una conexión entre lo  creado y lo divino. 

Ahora bien, ¿hay otros poetas aztecas que le dan cualidades al Dador de la vida? Si es así,  ¿cuáles son esas cualidades? 

Sí, hay otros poetas. El poeta y sabio Ayocuan Cuetzpaltzin, proveniente de la región poblana, en su poema denominado Las flores y los cantos le atribuye una cualidad muy distintiva: lo reconoce como un creador.

“¿Eres tú acaso, un ave preciosa del Dador de la vida?” (p.172) 

Esta adjudicación de creador a esta divinidad lo pone por encima de todo, es decir, no hay nada  que esté arriba del creador y todo lo creado debe someterse a él. Y no tanto someterse, sino reconocerlo como creador y, por ende, alabarlo. Además de esto, esta pregunta invita a la introspección sobre la propia identidad y el papel en el mundo, dando lugar al pensamiento de que eres un regalo del creador en el mundo. 

Finalmente, el poeta Chichicuepon de Chalco, en varios de sus escritos, le otorga diversas cualidades al “Dador de la vida”. Una de ellas es la de la iluminación, la cual está plasmada en  unos versos de su poesía llamada El poema de Chichicuepon, por ejemplo, el siguiente: 

Para siempre los ilumina el Dador de la vida (p.199) 

Este verso sugiere una luz perpetua y constante que emana del Dador de la Vida, iluminando a los seres vivos eternamente. Además, la idea de ser iluminados “para siempre” por el Dador de  la Vida sugiere una presencia divina constante y eterna. Lo que puede significar que esta luz simboliza sabiduría, guía, protección y amor divino. 

En conclusión, la concepción del “dador de la vida” es una constante en la poesía azteca, simbolizando una fuerza sobrenatural que guía, protege y propicia el bienestar de los seres humanos. Los poetas y sabios de estas culturas, como Tecayehuatzin de Huexotzinco, Ayocuan Cuetzpaltzin y Chichicuepon de Chalco, reflejaron en sus escritos una profunda veneración hacia esta divinidad, atribuyéndole cualidades de renovación, receptividad y guía eterna. Sus poemas no solo muestran el respeto y la adoración hacia el dador de la vida, sino, que también invitan a una introspección sobre el papel de los individuos en el mundo, reconociendo la conexión intrínseca entre lo divino y lo humano. Al estudiar estas obras, se comprende mejor la cosmovisión de estos pueblos y la importancia de la espiritualidad en sus vidas, resaltando así la relevancia de la poesía como vehículo de expresión cultural y  religiosa. 

Y tú ¿qué cualidad le das al “dador de la vida”?

Referencia bibliográfica 

Caracciolo Trejo, E. (Ed.). (2007). Los poetas metafísicos ingleses del siglo XVII.  Ministerio del Poder Popular para la Cultura.

León-Portilla, M (1978). Trece poetas del mundo azteca. Universidad Universidad Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas. 

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Mildileidy Solano es estudiante de la Licenciatura en Lengua y Literatura en el Instituto Superior Docente Salomé Ureña de la República Dominicana.