Protagonista en las transformaciones educativas y compositivas de la música académica en Latinoamérica, el Caribe y la República Dominicana

(Segunda parte)

Ana Silfa Finke: una vida consagrada al arte (1)

Ana Silfa reconoce que sus recuerdos de infancia y adolescencia están circunscritos principalmente por intereses relacionados a la vida familiar y artística, especialmente si se tiene en cuenta que para la época del ajusticiamiento del tirano solo tenía 14 años. Relata que ella, al igual que las demás personas de su edad, por lo general no estaban involucradas en los conflictos políticos e ideológicos de la vida nacional.

Su primer contacto con el arte ocurre a muy temprana edad: con nueve años ya sus padres la habían inscrito en una academia de ballet. Sin embargo, su tiempo en esta disciplina fue corto. Enseguida mostró interés en la interpretación del piano, lo cual la llevó a ingresar ese mismo año en la Escuela Elemental de Música, donde estudió con la profesora Susana Morillo (2). La familia de Silfa sale del país a finales de 1961 hacia los Estados Unidos. Al regresar ingresa al CNM donde estudia piano con el profesor Ramón Díaz Peralta, de donde se graduó de Nivel Superior en 1978. Cabe destacar que ya desde inicios de la década del setenta se encontraba trabajando como profesora de piano, incluso fue nombrada por el Gobierno de la República como secretaria general y Profesora del Conservatorio Nacional de Música en 1971.

En 1975, durante unas vacaciones del CNM, obtuvo una beca para asistir al Intem, donde se forma en Planeamiento Educativo y asiste a diversos cursos de música y dirección orquestal. En las décadas posteriores al Intem, Silfa imparte el «Curso de Formación y Capacitación Musical para Docentes de Música en Ejercicio» en alianza con la Seebac. Asimismo, se destaca su presencia como colaboradora en el desarrollo de las distintas actividades del Demi. (3) En los ochenta se desempeñó como técnica en el Departamento de Arte de la Seebac y como organizadora de los conciertos educativos en los liceos y colegios del país. En estos eventos entraría en vinculación con la OSN, institución con la que estuvo vinculada durante veinticinco años. En 1981, Silfa integra una comitiva nacional junto a Iluminada Jiménez —becada de la OEA en la Argentina— y José Manuel Joa, que diseñó un plan de educación musical para la integración de los planes de estudio de la Educación Media en el país. Dicho plan fue presentado ante una comisión de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). (4)

En los cursos teóricos dentro del CNM, Silfa es identificada por el maestro Simó como sobresaliente debido a su creatividad compositiva. Es por esto que ingresa también a la carrera de Composición, de la cual se gradúa en 1980. Así, forma parte de las últimas promociones de composición del maestro Simó en el CNM. (5)

A pesar de la crítica de Incháustegui sobre el ambiente musical de esta época, el período que comprende desde finales de los setenta y hasta la década de los noventa representa un espacio de alta creatividad artística para la compositora Ana Silfa. El investigador cuenta para el año 1996 cerca de cincuenta obras en su repertorio. (6) En esta época realiza varios estrenos con la OSN: en 1984 su obra Aspectos; en 1987, Julio de Windt dirige primera audición de su obra Canción para oboe y orquesta. En 1993 gana el Premio Nacional de Música —actual Premio Anual de Música— en la categoría de Música Sinfónica José Reyes, con el poema sinfónico Campanas de la Tarde, basada en otra obra para coro de 1980. Ese mismo año también es galardonada con el Premio Casandra de la Asociación de Cronistas del Arte (Acroarte) en la categoría Compositor del Año. Otras obras compuestas por la autora en este período son: Canon (1976); Poema para Violín y Piano (1977); Ráfaga para Cuarteto de Cuerdas (1978); Sorpresa no.1 (1980); Nocturno (1981); Te traje una flor (1984); Preludio y Toccata para Pequeña Orquesta (1991); y Canción sin palabras (1996). (7)

Sus obras también han sido interpretadas en diferentes países como Colombia, El Salvador, Guatemala, Panamá, los Estados Unidos y Venezuela, donde ha representado en varias ocasiones a la República Dominicana en el Festival Latinoamericano de la Música. De igual forma, ha sido parte de la representación nacional en los diferentes Foros de Compositores del Caribe organizado por el Instituto de Estudios del Caribe de la Universidad de Puerto Rico. (8) Asimismo, de mano del Consejo Internacional de la Música (Cim-Unesco) colaboró en la fundación del Consejo Dominicano de la Música (CDMU) en 2005, del que fue elegida presidente, cargo que ostentaría durante diez años.

A partir del 2000, la profesora Silfa se integra al CNM también como profesora de composición, además —según su testimonio— aprovechó ese tiempo para seguir componiendo su producción musical. (9) Los catálogos consultados en internet y los artículos impresos recuperados cierran el registro de sus obras en el año 2001 con la obra Canción, para piano y flauta; sin embargo, la entrevista realizada por Guzmán permite afirmar la actividad compositiva de la autora como una tarea vigente aún en la segunda década del 2000. En el citado texto, se habla sobre la última obra de gran envergadura de la compositora: A Salomé, fantasía narrada para orquesta, compuesta en 2009 y revisada en 2013. Esta obra está basada en la figura de la poetisa nacional Salome Ureña, de relevancia en la educación y desarrollo literario de la República Dominicana durante la segunda mitad del siglo XIX. La inspiración viene de un artículo de Chiqui Vicioso —escritora y fundadora del círculo de Mujeres Poetas— de 1993 titulado: La Patria: ¿Rival o amiga? Monólogo de una ausencia, dedicado a Liliana Díaz —colega de aquel entonces de Ana Silfa en la OSN. El texto toma un monólogo de Herminiana —pseudónimo de Salome Ureña—, que reflexiona sobre La Patria como concepto personificado. Liliana Díaz se lo presenta a Silfa, quien indica haber sentido una profunda identificación con el texto, lo cual la llevó a construir su obra. En principio, la fantasía sería estrenada en 2016 por Liliana Díaz como narradora, bajo la dirección de Dante Cucurullo, quien para ese entonces conducía la Orquesta Sinfónica Juvenil Juan Pablo Duarte (OSJPD), instaurada como la orquesta de los estudiantes del CNM durante la década de los noventa; sin embargo, este estreno nunca llegó a concretarse.

Otra de las actividades constatables de la profesora Silfa es la interpretación pianística. En 2011, junto a María Irene Blanco —directora del CNM en ese entonces—, Lilian Brugal y Kira Gonzáles, interpretó el Concierto a cuatro manos de J. S. Bach con motivo del aniversario 69 del Conservatorio. (10) 

En 2012 tomó parte de las actividades que se realizaron en honor de Santa Cecilia, en un proyecto que buscaba «inundar la capital de arte y cultura» mediante la utilización del espacio público. En el boulevard de la Av. 27 de Febrero —principal arteria comercial de Santo Domingo— recibió la condecoración de «Maestros Meritísimos» por el Ministerio de Cultura junto a Dante Cucurullo, Slobodan Veljkovic, Rafael González Saiz, Gladys Gertrudis Pérez, Bernardo Rojas y Mercedes Ariza, debido a su trayectoria en la producción y educación musical del país. (11)

Es en esta década también que Ana Silfa participa como colaboradora y asesora del proyecto «Clásicos Dominicanos del siglo XX», (12) que fue financiado por la Refinería Dominicana de Petróleo dirigida por Félix «Felucho» Jiménez (miembro del PLD) y fue presidido por el ya mencionado Dante Cucurullo como gestor. Consistió en la elaboración de un canon de «obras y compositores destacados» de la música académica dominicana del siglo XX. Como parte del programa tuvo lugar un acto en el Teatro Nacional, donde Félix Jiménez hizo entrega de la edición de estas partituras al ingeniero Eduardo Selman —ministro de Cultura de entonces—, que fueron a su vez interpretadas por la OSN bajo la dirección de Cucurullo. De esta manera, se trasladó simbólicamente la responsabilidad de la difusión de estas músicas al Ministerio de Cultura. 

Silfa dedicó sus últimos años a la enseñanza, de manera honorífica, en el CNM, aún con los retos de la pandemia y la virtualidad. Falleció un jueves 9 de febrero de 2023 en la ciudad de Santo Domingo.

Ana Silfa Finke: representante del posmodernismo musical dominicano

El presente trabajo marca el inicio de un camino investigativo que toma como centro la vida y obra de la compositora Ana Silfa Finke. Un análisis de sus técnicas compositivas y el levantamiento de las valoraciones estéticas sobre la compositora, permiten vincular su obra a las corrientes compositivas posmodernas de la música contemporánea latinoamericana. Según Miranda y Tello, las personas dedicadas a la composición durante la década del setenta en Latinoamérica se enfrentaron a una disyuntiva estética que transformaría la producción musical en la región. Los creadores se enfrentaban a dos realidades: primero, las músicas nacionalistas (salvo excepciones) ya se habían convertido en lenguaje histórico; segundo, el transcurso hasta entonces del siglo XX vería la introducción de las corrientes de vanguardia en los círculos de la composición académica latinoamericana. Es por ello que esta nueva generación tomaría decisiones que desembocaría en lenguajes más posmodernos, donde las técnicas contemporáneas fueran tomadas en cuenta a la par de expresiones como la música folclórica, la música urbana o la música tradicional. También la utilización de lo tonal sería abordada de manera creativa mediante la inclusión de escalas tonales, modales o pentáfonas, además de formas históricas. Otro elemento mencionado es la irrupción de la electrónica en la escena musical. La utilización de tecnologías como sintetizadores, computadoras y herramientas de manipulación del sonido, fueron de la mano con el seguimiento de conceptos y técnicas contemporáneas. La década del setenta representa entonces una época de transiciones, desde la militancia estética de un vanguardismo estricto hacia la libertad conceptual del posmodernismo concretado en los ochenta. Este posmodernismo reconoce la historia pasada sin ninguna atadura ni contienda y entiende el presente a través de ella proyectando hacia el futuro una propuesta artística individual y creativa. 

Las últimas dos décadas y hasta la actualidad presentan un enfoque «ecuménico» en la composición académica latinoamericana. Si bien los primeros vanguardistas y sus escuelas procuraron un alejamiento total de la tradición y lo tonal para acudir a fórmulas completamente conceptuales; los grupos compositivos posmodernos utilizarían estos elementos como un color más dentro de la paleta de posibilidades estéticas. Aparecen nuevas preocupaciones: la vanguardia y su ideología se percibe como historia de la práctica musical y se deja de otorgar peso a la ubicación de la persona dentro de un pensamiento específico.  De esta manera, todos los estilos desarrollados hasta la actualidad se convierten en instrumentos e inspiración de un arte donde predomina el mensaje y su impacto más que la forma. De la misma manera, se hacen presentes variables que hasta entonces nunca habían sido parte ni de la práctica compositiva ni de la vida en general: Internet, las redes sociales, YouTube, softwares de sonido (como los DAW y las interfaces virtuales), instrumentos electroacústicos y la posibilidad de tener en la propia habitación todo lo necesario para realizar una producción fonográfica (Home Studio) se integran a la cotidianidad creativa. 

Como ya fue mencionado, el vanguardismo compositivo entra en la República Dominicana a través de la figura de Manuel Simó y sus clases de composición en el CNM a inicios de la década de 1960. La penetración tardía de estas escuelas produce una rigidez menor en la concepción de la música académica en contraste a otros ejemplos de la región latinoamericana. El puente entre la vanguardia y la posmodernidad es mucho más pequeño. El mismo Simó experimenta libremente con las ideas del serialismo y otras estéticas musicales, y su alumnado no difieren de esta práctica. Es por esto que se afirma una transición «menos dramática». (13)

Miranda y Tello no mencionan a Simó en su lista de compositores que concretaron las técnicas contemporáneas en la música académica nacional, pero sí incluyen a su alumna, Ana Silfa Finke, quien es presentada como una compositora multi-estilista que recurre a técnicas desde la armonía ampliada hasta el dodecafonismo, además del uso de la armonía tradicional. (14) Es fácilmente identificable en su obra Momento… Preludio para la Mano Izquierda (15) la inclusión creativa de la técnica dodecafónica, sin tener ningún inconveniente de asimilarla para producir «colores» específicos y desestimarla para desarrollar otros motivos e intereses musicales. En dicha obra, también utiliza este lenguaje atonal combinado con una forma binaria balanceada tradicional del Barroco (16), por lo que es acertada su ubicación estética dentro de las corrientes posmodernas de la música latinoamericana y como representante de esta estética en el arte musical dominicano. Todo ello es reflejo de una concepción estilística liberada. 

Si se tiene en cuenta la forma en que se entiende y se produce música en la América Latina, se puede afirmar el innegable impacto de la institucionalización del arte musical de la primera mitad del siglo XX en la compositora Silfa. El Conservatorio Nacional de Música en la República Dominicana, basado en modelos de conservatorio europeo, fue su principal hogar de formación y posterior ejercicio de su carrera musical. Sin embargo, esto no impidió una búsqueda liberal de una creatividad que englobara su propia identidad cultural y artística —siempre bajo los esquemas de la música académica occidental. 

A pesar de toda su trayectoria, en la conformación de los cánones de las compositoras nacionales y latinoamericanas, la figura de Ana Silfa Finke ha sido relegada y minimizada. En los artículos y libros de investigación de la música académica dominicana o en proyectos de investigación/creación, la mención sobre su carrera musical ha sido escasa. De igual forma, los diccionarios de música internacionales que incluyen Latinoamérica y el Caribe, solo dedican limitadas palabras a su vida, y en casi todos —salvo en la investigación de Incháustegui— se falla incluso en la correcta datación de su nacimiento. 

Es requerida para un abordaje más completo de su carrera la revisión de los archivos de la profesora Silfa, donde se encuentra documentada toda su labor en el ámbito de la educación musical de la mano de la Unesco y el CDMU. Asimismo, se hace necesaria una catalogación precisa de todas sus obras además de posibilitar su acceso para la difusión, interpretación y estudio. 

(Publicado originalmente en Boletín Música, Casa de las Américas, No. 59, enero-junio, Cuba, 2023)  

Bibliografía citada

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Notas

  1.   Información bibliográfica contrastada con testimonios ofrecidos por Ana Silfa Finke en entrevista con el autor, el 18 de noviembre de 2022.
  2. Incháustegui: Op. cit., 1999, p. 494.
  3. Acra-Brache: Op. cit., 2017, pp. 26-27.
  4. Ester Zulberti: República Dominicana: Unificación de los planes de estudio de la Educación Media, 1981, p. 18.
  5. Leandro Sánchez: «Soy de la época en la que se estudiaba por amor al arte», 2018.
  6. Incháustegui: Op. cit., 1999, p. 494.
  7. Véase Dan Albertson y Ron Hannah: «Ana Silfa Finke», 2017; Martha F. Schleifer y Gary Galván (eds.): «Silfa, Ana Margarita», 2016; y Ricardo Miranda y Aurelio Tello: «La transición: de la vanguardia a la posmodernidad», 2011.
  8. Carlos Vázquez: «Caribbean Composers’ Forum», s/a.
  9. Carmen Guzmán: «Salomé Ureña en las aulas del Conservatorio de Música», 2016.
  10. «Cuatro pianos y ocho manos para aniversario del Conservatorio Nacional de Música», 2011.
  11. «Ministerio de Cultura celebrará el Día del Músico en el Bulevar de la 27 de febrero», 2012.
  12. Carmen Heredia: «La gran noche de ‹Clásicos dominicanos del siglo XX›», 2018.
  13. Miranda y Tello: Op. cit., 2011, p. 222.
  14. Albertson y Hannah: Op. cit., 2017.
  15. Momento… Preludio para la mano izquierda se posiciona dentro de una modalidad de la cual no existen registros ni obras particularmente conocidas dentro del repertorio dominicano. Fernández-Cueto en su recopilación inicial en Latinoamérica no incluye a la República Dominicana, por lo cual esta mención complementa el conocimiento de la producción musical de este repertorio en la región.
  16. Al respecto véase Miguel A. Roig-Francolí: Harmony in Context, 2010, p. 506.

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Joel Díaz Suero. Compositor, investigador y gestor cultural. Bach. en música con énfasis en composición de la Universidad de Costa Rica. Asistente de investigación en el Archivo Histórico Musical de la Universidad de Costa Rica. Gestor de proyectos en la Fundación Copistas Acuario.