A Catherine Hélene Camus, madre de Albert Camus.
LA TRISTE MUJER AÑOSA DE MANOS TRABAJOSAS,
LANZABA SU MIRADA SILENCIOSA A TRAVÉS DE LOS CRISTALES TÚRBIDOS
DE LA VENTANA DE MARCOS RETORCIDOS.
Y ESPERANDO SOLITARIA HABÍA QUEDADO DURANTE LUSTROS AL MARIDO MOZO
QUE UNA NOCHE PESAROSA PARA LA GUERRA HABÍA PARTIDO,
Y SIN DECIR ADIÓS NI A ELLA NI A LOS HIJOS
QUEDÓ ENTERRADO ENTRE LAS LÚGUBRES MARISMAS DE LAS COMARCAS DE ARGEL,
DESCONOCIDA TIERRA PARA LA MUJER ANTES LOZANA
QUE AJENA ESTABA AL MUNDO EXTRAÑO
DEL MARIDO MUERTO QUE AÚN VIVÍA DENTRO DE ESE CORAZÓN ROTO
DE LA QUE SOLA PARA SIEMPRE HABÍA QUEDADO,
SIN AMIGOS, SIN MONEDA, SIN LIBROS, SIN RECUERDOS QUE PARTIERON
CON LOS HIJOS QUE SE FUERON SIN REMEDIO Y EN SU BÚSQUEDA VOLVIERON,
BUSCANDO ALIENTO Y ERA MUY TARDE
A DAR AMOR SIN CONDICIÓN A SU ANCIANA MADRE,
LA MUJER AÑOSA DE MANOS TRABAJOSAS HABÍA PERDIDO LA RAZÓN.
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Lisette Purcell es Licenciada en Humanidades, mención lenguas modernas. Profesora, traductora y escritora.
En portada: Catherine Sintes Camus (1882-1960).