(Selección y traducción de Enrique Winter)

Disrafia

¿Entró un chiflón justo cuando te levantaste o me

protegías de él? Sentí la reducción

de imperativos, la ola de desvíos, el ruido

de sables de la inversión. Prendido y sin

tener adónde ir. Cegado por la avenida y lleno de

adyacencia. Arco o arqueado. Se convierte en botellas,

conductores silenciosos, ilustradas propensiones a

los estándares engreídos. Moroso o comatoso. “La vida es lo

que encuentras, la existencia es lo que repudias”. Un buen

ejemplo de esto es ‘Papá clava disco’. A veces algo anula;

en la mayoría de los casos, esto no es más que un salón.

Ningún lugar adónde ir si no es pianísimo (la protección de

un mercado que se dispara). “Ma siempre lo prepara tal

como lo como”. O aquí se valoriza lo que parece

desalentar a otro. ¡Sin excusas! ¡No puedes ver deportes

sobre hielo con las luces prendidas! Anormal retención de líquidos,

inundación inveterada. Sin duda tan porfiado como

pero sin su encanto. Sin identificación, solo

restitución. Mas nosotros le hemos obligado a esta oferta,

que nace de la astucia, no del afecto. “Llena

los vasos de agua —pregúntale a cada uno

si quiere

más café, etc.”. El sueño

del contenido. El

viaje es

largo, las

recompensas triviales. Difamadas heráldicamente.

Sigue —está— conseguido. Lo mejor

de saquearlas: gárgolas. O es un deseo fingido

que rebote en los resortes para cantar contentos

a granel. “Levanta toda la mesa salvo el agua,

el vino, y los ceniceros; usa un plato aparte para

sacar la sal & pimienta”. Ignorante

confronto, perplejo ante

me pongo de pie. Necesitamos

mencionar que esta es

adecuada para todo tipo de ojos y que se aplica apenas

en su nivel más básico y

rudimentario. Es algo

que me acomoda y que también

me tienta y satisface.

El cuento del pilar: una nueva visión de sociedad.

Pero no le hagas caso a la pera que sopla en tu

cerebro. El veneno de Dios es el concepto de

la falta de concepto —respiración anaeróbica.

Nada menos se sacrifica ni más se deja vacante —el vuelo

de la tentación es siempre a

beacon’s hill— el pozo minero

del alma.

Ve rasgueo eterno. No hay nunca anul-

ación, solo abreviación. La Aurora Boreal es

el sótano con paneles del universo. El regocijo

de ser agitado. El deleite del

miedo al frente. Brochazos

en los canales de…, manchas en

cilicio. “A la gente como tú no le hace falta

plata —engendras desprecio”. De algún modo esos

oasis tóxicos. Este crecimiento de condes, como en un mal

día, gorgoteando arbóreamente. Zapatos que

sacuden. Te

daría mi mono, mi serenata, mi bolsa de compras;

pero necesitas constancia, no pesos. Quien

eligiendo la suma total rechaza el pozo, un rayo de

bocací. O ellos

con lo de ellos, tú

con lo tuyo. Otro

disparo, otro paro —muerto

como parqué. Perdón por mi desvarío: breve

parada. “Rellena la fuente y dale a

todos”. Un

sonido es una suma —un cinto

de serafines. Telar aburrido.

La extensión nunca es más que una forma del contenido. “Sé

cómo te sientes, Joe. A nadie le gusta admitir

que su chica es tan inteligente”. “Siento como sabes,

Joe, le gusta a nadie que tan inteligente es chica su admitir”.

Un tipo de especie vacilante —por la tubería, mojado en

la tina, una carrera de las escaleras. ¡Deberías disparar! Pero

cuando me haya alineado. Magistralmente calmo y pomposo.

¡Pon pozo! Un lavado

de lamento (el mundialismo del

remolino). O: “Lindo estar aquí con cualquiera”. Los lapsus

encuentran las más infatigables invaginaciones, réquiems

subrepticios.

Ante el exceso, seguro hay rosca.

Si no —moscas,

quejas del detergente, sicosis del engaño. Hagamos:

partición de la petulancia, asar

los atrasos, socorrer lo sagrado. “Si no le sigues el ritmo

a la cultura, la cultura lo hará

por ti”. Dosis sacras, de algún modo

hospitalarias. El hilo

hila los hilos, como

zorzal. Casete trombolítico. “Mientras sucede todo esto,

un joven Sir Francis Rose —pintor de dudoso

talento auspiciado por Gertrude Stein en la última década

de su vida— aparece de la nada con una

pintura”. Si te metes con él te metes

con una metáfora. “Es

un paquete realista, es un

paquete negociable, no

es un paquete final”. La labia

del global, quizás: siempre hay algo que

gotea.

Parecemos recauchar la misma llanta

una y otra vez, sin tracción adicional. Aquí

hay cristales adicionales —opcionales. Muy ocupado

ahora reordeno y en efecto, extrañamente, lo sumé

a la proporción divisoria, como dirías. O solo

choco contra, devuelvo a todos.

La realidad siempre es más verde

cuando no la has visto.

En todo caso, solo seguir y estar donde no estuviste o no pudiste

estar antes —pasos, ventanas, rampas. Dejar

que el resto más que disolverse

se mezcle en el horizonte de la distracción, la distensión

buscada como un suelo al cual volver

(un lugar donde prohibir goteras). Es decir,

la vacunación de emisarios cobaltos preñados

de exasperación bivalente, protuberantes de materia inerte.

No puedo sino oscilar, ilusionado a mi manera. Tal vez

presagiar, tardarme. Las botas de goma, p. ej.,

se botaron; pero estás aquí. Catexis efímera, la angustia

del Doppler. Y después se nos enciende

la ampolleta a todos. “Así que creo

que debemos subrayar en alguna parte que es realmente

un trabajo en equipo”. Molesto

con los motines. Lo que

no conoce escansión admite

expansión: hojas de té dejan

señuelos

para la fortuna más gruesa —el aguanieve

de la tarde, la mañana y su repetición. Prosa,

posa— implacable

peletero.

Poema, cromo. “No

me gusta cómo piensas”:

está muy mal gastar una mente.

Esto es, la prosa empieza con el mundo

y busca las palabras que combinen; la poesía empieza

con las palabras y halla el mundo en ellas. “Trae

sopa —bien caliente”. “No

pudiste escapar de donde

las papas queman”. El silencio

también puede ser una herramienta

pero es rara vez tan efectiva como la ceguera.

Su cuartel, y heredero de su corazón, florecido

por su flautín, hace el frenado propósito de perseguir

olas de ceños desfruncidos, y, comprimido en esta formación,

los locos lo comparan con un montón cansado y flojo.

El dominio demanda distracciones —los ponis del

circo en el matadero. Reforzado

por la armonía, aporreado por la decoración

el cirujano del sueño cojea tres pasos hacia adelante, dos

pasos hacia el lado. “En aquel entonces no tenías que

gritar para que te encontraran expresivo”. Uno tras otro

los pies de barro son pulidos, las penas retenidas.

Las flotas de ferry, felices por siempre.

En la farándula saben lo que los luchadores desean:

ganar la guerra y volver a casa.

Esta línea

Esta línea está despojada de emoción.

Esta línea no es más que una

ilustración de una teoría

europea. Esta línea carece

de sujeto. Esta línea

no hace referencia a nada

fuera de su contexto en

esta línea. Esta línea

trata solo sobre sí misma.

Esta línea no tiene significado:

sus palabras son imaginarias, sus

sonidos inaudibles. Esta línea

no se preocupa de sí misma ni de

nadie más —es indiferente,

impersonal, fría, poco atractiva.

Esta línea es elitista, requiere,

para comprenderla, años de estudio

en bibliotecas atrofiantes, tragarse

tratados esotéricos sobre

temas imposibles de pronunciar.

Esta línea rechaza la realidad.

Gracias por dar las gracias

Este es un poema

totalmente accesible.

No hay nada

en este poema

que sea en modo

alguno difícil

de entender.

Todas las palabras

son simples &

van al grano.

No hay conceptos

nuevos, ni

teorías, ni

ideas confusas.

Este poema

no tiene pretensiones

intelectuales. Es

pura emoción.

Expresa por completo

los sentimientos del

autor: mis sentimientos,

la persona que ahora

te habla.

Solo le importa

comunicarse.

De corazón a corazón.

Este poema te aprecia

& valora como

lector. Celebra

el triunfo

de la imaginación

humana sobre

los obstáculos &

las desgracias. Este poema

tiene 90 líneas,

269 palabras y

más sílabas de

las que tengo tiempo

de contar. Cada línea,

palabra & sílaba

ha sido elegida

para transmitir solo el

sentido deseado

& nada más.

Este poema renuncia

a la opacidad & al enigma.

No esconde

nada. Cien

lectores podrían

leer el poema

de manera

idéntica & entender

el mismo

mensaje. Este

poema, como todos

los buenos poemas, cuenta

una historia con un estilo

directo que jamás

deja dudas

al lector. Aunque

a ratos expresa

amargura, rabia,

resentimiento, xenofobia

& un dejo de racismo, en

el fondo su ánimo es

positivo. Encuentra

alegría incluso en

esos momentos maliciosos

de la vida que

comparte contigo.

Este poema

representa la esperanza

en una poesía

que no le dé

la espalda al

público, que

no se piense

mejor que su lector,

que se comprometa

con la poesía como una

forma popular, como encumbrar

volantines o pescar con

mosca. Este poema

no pertenece a ninguna

escuela ni obedece

a un dogma. No sigue

la moda. Dice

solo lo que

dice. Es

real.

Quimera

Anochecía y la encontré callada

de súbito le pude dar captura

se alborotó y chilló desesperada

mas yo era un joven de cabeza dura.

Cuchareé y luego la ahuequé en mi mano

para que nunca más sufriera daño

rápidamente tuve que soltarla

no debía ser mía ni guardarla.

Recolecto cuerdas desde ese día

para atarlas y pegarlas en rimas

lo asumí, las canciones nunca amarran

sombras brillosas a su suerte echadas.

—-

Charles Bernstein (4 de abril de 1950), poeta, teórico, editor, y profesor de literatura estadounidense. Uno de los más prominentes miembros de Poetas del Lenguaje (poetas que escribían en torno a la revista L=A=N=G=U=A=G=E). Reconocido en 2025 con el America Award for a lifetime contribution to international writing. Enrique Winter es un escritor, traductor y poeta nacido en Santiago de Chile en 1982. Máster en escritura creativa por la Universidad de Nueva York, Estados Unidos.