1. Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontramos.
  1. Oh Maga, en cada mujer parecida a vos se agolpaba como un silencio ensordecedor, una punta filosa y cristalina que acababa por derrumbarse tristemente, como un paraguas mojado que se cierra.
  1. …se me ocurría como una especie de eructo mental que todo ese abecé de mi vida era una penosa estupidez porque se quedaba en mero movimiento dialéctico, en la elección de una inconducta en vez de una conducta, de una módica indecencia en vez de una decencia gregaria.
  1. ¿Por qué tan lejos de los dioses? Quizá por preguntarlo. ¿Y qué? El hombre es el animal que pregunta. El día en que verdaderamente sepamos preguntar, habrá diálogo.
  1. Dos mundos distantes, ajenos, casi siempre inconciliables, entran en nuestras palabras, y como de común acuerdo nace la burla.
  1. Tal vez el Edén, como lo quieren por ahí, sea la proyección mitopoyética de los buenos ratos fetales que perviven en el inconsciente.
  1. …como siempre, me costaba mucho menos pensar que ser.
  1. Nos queríamos en una dialéctica de imán y limadura, de ataque y defensa, de pelota y pared.
  1. Cuántas palabras, cuántas nomenclaturas para un mismo desconcierto. A veces me convenzo de que la estupidez se llama triángulo, de que ocho por ocho es la locura o un perro.
  1. Había vivido lo suficiente para sospechar eso que, pegado a las narices de cualquiera, se le escapa con la mayor frecuencia: el peso del sujeto en la noción del objeto.
  1. ¿Pero qué tenía ella en la cabeza? Aire o gofio, algo poco receptivo. No era en la cabeza donde tenía el centro.
  1. Un hombre debería ser capaz de aislarse de la especie dentro de la especie misma, y optar por el perro o el pez original como punto inicial de la marcha hacia sí mismo.
  1. La sombra de una paloma roza un excremento de perro: París.
  1. Los órdenes estéticos son más un espejo que un pasaje para la ansiedad metafísica.
  1. –Alguna vieja puritana armó un lío ahí arriba. Si la encontramos vos le pegás una patada en el traste. 

–Ya está. Y vos me disculpás diciendo que a veces se me dispara la pierna por culpa del obús que recibí defendiendo Stalingrado.

  1. Escrito por Morelli en el hospital: La mejor cualidad de mis antepasados es la de estar muertos; espero modesta pero orgullosamente el momento de heredarla. Tengo amigos que no dejarán de hacerme una estatua en la que me presentarán tirado boca abajo en el acto de asomarme a un charco con ranitas auténticas. Echando una moneda en una ranura se me verá escupir en el agua, y las ranitas se agitarán alborozadas y croarán durante un minuto y medio, tiempo suficiente para que la estatua pierda todo interés.
  1. En el fondo Klee es historia y Mondrian atemporalidad.
  1. Todo convergía desde dimensiones inconciliables, un grotesco collage que había que ajustar con vodka y categorías kantianas, esos tranquilizantes contra cualquier coagulación demasiado brusca de la realidad.
  1. Esa muerte hacia atrás que es toda ignorancia de las cosas arrastradas por el tiempo.
  1. –Qué es la cosidad? –dijo la Maga. 

–La cosidad es ese desagradable sentimiento de que allí donde termina nuestra presunción empieza nuestro castigo.

  1. En el jazz, como en cualquier arte, hay chantajistas. Una cosa es la música que puede traducirse en emoción y otra la emoción que pretende pasar por música. Dolor paterno en fa sostenido, carcajada sarcástica en amarillo, violeta y negro. No, hijo, el arte empieza más acá o más allá, pero nunca es eso.
  1. Entonces oí que el pan lloraba. Sí, claro que era un sueño, pero el pan lloraba cuando yo le metía el cuchillo. Un pan francés cualquiera y lloraba. Me desperté sin saber qué iba a pasar, yo creo que todavía tenía el cuchillo clavado en el pan cuando me desperté.
  1. Wittgensteinianamente, los problemas se eslabonan hacia atrás, es decir que lo que un hombre sabe es el saber de un hombre, pero del hombre mismo ya no se sabe todo lo que se debería saber para que su noción de la realidad fuera aceptable.
  1. El escritor tiene que incendiar el lenguaje, acabar con las formas coaguladas e ir todavía más allá, poner en duda la posibilidad de que este lenguaje esté todavía en contacto con lo que pretende mentar. No ya las palabras en sí, porque eso importa menos, sino la estructura total de una lengua, de un discurso.
  1. Creer en lo que llaman materia, creer en lo que llaman espíritu, vivir en Emmanuel o seguir cursos de Zen, plantearse el destino humano como un problema económico o como un puro absurdo, la lista es larga, la elección múltiple. Pero el mero hecho de que pueda haber elección y que la lista sea larga basta para mostrar que estamos en la prehistoria y en la prehumanidad.
  1. El error de la poesía futurista fue querer comentar el maquinismo, creer que así se salvarían de la leucemia.
  1. Los surrealistas creyeron que el verdadero lenguaje y la verdadera realidad estaban censurados y relegados por la estructura racionalista y burguesa del occidente. Tenían razón, como lo sabe cualquier poeta, pero eso no era más que un momento en la complicada peladura de la banana. Resultado, más de uno se la comió con la cáscara. Los surrealistas se colgaron de las palabras en vez de despegarse brutalmente de ellas.
  1. La creación de todo un lenguaje, aunque termine traicionando su sentido, muestra irrefutablemente la estructura humana, sea la de un chino o la de un piel roja.
  1. Después de todo podrirse significa terminar con la impureza de los compuestos y devolver sus derechos al sodio, al magnesio, al carbono químicamente puros.
  1. Pureza. Horrible palabra. Puré, y después za.
  1. Por la locura se podía acaso llegar a una razón que no fuera esa razón cuya falencia es la locura.
  1. En realidad después de los cuarenta años la verdadera cara la tenemos en la nuca, mirando desesperadamente para atrás.
  1. Hay una hora en que lo natural suena espantosamente a falso, en que la realidad de los veinte años se codea con la realidad de los cuarenta y en cada codo hay una gillete tajeándonos el saco.
  1. Estar de acuerdo es la peor de las ilusiones.
  1. Cada vez iré sintiendo menos y recordando más, pero qué es el recuerdo sino el idioma de los sentimientos, un diccionario de caras y días y perfumes que vuelven como los verbos y los adjetivos en el discurso, adelantándose solapados a la cosa en sí, al presente puro.
  1. Quizá vivir absurdamente para acabar con el absurdo, tirarse en sí mismo con una tal violencia que el salto acabara en los brazos de otro.
  1. Amor, ceremonia ontologizante, dadora de ser.
  1. La desgracia es, digamos, más tangible, quizá porque de ella nace el desdoblamiento en objeto y sujeto.
  1. Una prosa puede corromperse como un bife de lomo. Asisto hace años a los signos de podredumbre de mi escritura. Como yo, hace sus anginas, sus ictericias, sus apendicitis, pero me excede en el camino de la disolución final.
  1. La invención del alma por el hombre se insinúa cada vez que surge el sentimiento del cuerpo como parásito, como gusano adherido al yo.
  1. No tengo ideas claras, ni siquiera tengo ideas. Hay jirones, bloques, y todo busca una forma, entonces entra en juego el ritmo y yo escribo dentro de ese ritmo, escribo por él, movido por él y no por eso que llaman el pensamiento y que hace la prosa, literaria u otra.
  1. Escribir es dibujar mi mandala y a la vez recorrerlo, inventar la purificación purificándose; tarea de pobre shamán blanco con calzoncillos de nylon.
  1. Puede ser que haya otro mundo dentro de éste, pero no lo encontraremos recortando su silueta en el tumulto fabuloso de los días y las vidas, no lo encontraremos ni en la atrofia ni en la hipertrofia. Ese mundo no existe, hay que crearlo como el fénix. Ese mundo existe en éste pero como el agua existe en el oxígeno y el hidrógeno, o como en la páginas 78, 457, 3, 271, 688, 75 y 456 del diccionario de la Academia Española está lo necesario para escribir un cierto endecasílabo de Garcilaso.
  1. La risa ella sola ha cavado más túneles útiles que todas las lágrimas de la tierra.
  1. Todo lo que se escribe en estos tiempos y que vale la pena leer está orientado hacia la nostalgia.
  1. La curiosa noción de que la herramienta principal, el logos que nos arranca vertiginosamente a la escala zoológica, es una estafa perfecta.
  1. Nosotros somos como las comedias cuando uno llega al teatro en el segundo acto. Todo es muy bonito, pero no se entiende nada.
  2. La razón sólo nos sirve para disecar la realidad en calma, o analizar sus futuras tormentas, nunca para resolver una crisis instantánea.
  1. No renuncio a nada, simplemente hago todo lo que puedo para que las cosas me renuncien a mí.
  1. Allí donde esté tiene el pelo ardiendo como una torre y me quema desde lejos, me hace pedazos nada más que con su ausencia.
  1. La explicación es un error bien vestido.
  1. Se dio cuenta de que la vuelta era realmente la ida en más de un sentido.
  1. No hay centro, hay una especie de confluencia continua, de ondulación de la materia. A lo largo de la noche yo soy un cuerpo inmóvil, y del otro lado de la ciudad un rollo de papel se está convirtiendo en el diario de la mañana, y a las ocho y cuarenta yo saldré de casa y a las ocho y veinte el diario habrá llegado al kiosko de la esquina, y a las ocho y cuarenta y cinco mi mano y el diario se unirán y empezarán a moverse juntos en el aire, a un metro del suelo, camino del tranvía…
  1. Engaño puro, espejo para alondras.
  1. Querer a la Maga había sido como un rito del que ya no se espera la iluminación; palabras y actos se habían sucedido con una inventiva monotonía, una danza de tarántulas sobre un piso lunado, una viscosa y prolongada manipulación de ecos.
  1. El peso, el olor, el tono de una risa o de una súplica, los tiempos y las precipitaciones, nada coincide siendo igual, todo nace de nuevo siendo inmortal.
  1. Sólo el placer en su aletazo último es el mismo; antes y después el mundo se ha hecho pedazos y hay que nombrarlo de nuevo, dedo por dedo, labio por labio, sombra por sombra.
  1. Me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado.
  1. Hay ríos metafísicos, ella los nada como esa golondrina está nadando en el aire, girando alucinada en torno al campanario, dejándose caer para levantarse mejor con el impulso. Yo deseo y describo y defino y deseo esos ríos, ella los nada.
  1. Cuando pisaron la rayuela, ya cerca de la entrada, Traveler se rió en voz baja y levantando un pie empezó a saltar de casilla en casilla. En la oscuridad el dibujo de tiza fosforecía débilmente.

(Fragmentos subrayados durante la lectura en mi ejemplar de Rayuela, Ediciones Cátedra, Colección Letras Hispánicas, Madrid, 1984)

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León Félix Batista (Santo Domingo, República Dominicana, 1964), es poeta, ensayista y traductor. Ha publicado 25 libros en 10 países distintos, y ha sido traducido a cuatro idiomas.