Es la noche de las luciérnagas
sus azules gastados son bombillas olvidadas
aleteos destemplados de alas abatidas por el viento
en la noche que inventa largas madrugadas.
Un espacio turbio es ahora el crepúsculo
fascinación de las cosas arcanas
del sabor avinagrado que retoza en mi boca
cuando la ventisca sorprende mis ojos frente a la ventana
y el silencio es un abismo en mi garganta.
El viento es ahora dulce sobre el tragaluz
un acorde memorioso esparcido sin rémora en la estancia
y mi lecho conserva el júbilo de la última estación
tan cercano a los deseos que se escapan
en esta noche de las últimas luciérnagas.
_____
Osiris Mosquea (San Francisco) Melaza y breña. Todo lo demás es poesía.
Imagen de portada: Jimmy Valdez Osaku