CARACOLA
Joaquín Ramón Martínez Sabina nació el 12 de febrero de 1949, en el pueblito de Úbeda, en Jaén, hijo de una ama de casa, de quien asumió el apellido, y un inspector de policía. Cursó sus primeros estudios con las monjas Carmelitas y ya a los catorce años escribía sus primeros poemas y componía sus primeras canciones en una banda formada con sus amigos, la “Merry Youngs”, que hacía principalmente covers de Elvis, Chuck Berry y Little Richard.
Su primera novia, Chispa, le inspiró algunos de sus poemas y canciones; el padre de Chispa, opuesto a estas relaciones, los separa enviándola a Granollers, en Barcelona. Hasta allí la sigue Joaquín en compañía de un amigo con quien se instala en una tienda de campaña junto a la casa de su amada. Como en una de esas novelas de amor, los jóvenes se fugan yendo a recalar a Lérida, en donde viven juntos unos días. Esa aventura coincide con su graduación de bachiller en el colegio de los Salesianos donde ya leía a Fray Luis de León, Jorge Manrique, James Joyce, Marcel Proust y Herbert Marcuse.
Como premio de graduación su padre quiso regalarle un reloj, pero Joaquín le dijo que prefería una guitarra, don Jerónimo aceptó y así se hace guitarrista. En 1968 se matricula en Universidad de Granada a fin de cursar Filología Románica lo que le permitió estudiar a César Vallejo y Pablo Neruda. Allí conoce a Lesley, chica con la que se muda mientras prepara su tesis de grado.
Las ideas de izquierda de Joaquín Sabina le llevan a enfrentar al franquismo, inscribiéndose en el Partido Comunista Español. Su padre, comisario de Úbeda, recibe la orden de detenerle, pero en lugar de esto lo alerta para que evada la persecución. En 1970 colabora con la revista “Poesía 70” junto a Luis Eduardo Aute y Carlos Cano. En ese mismo año, en protesta del proceso de Burgos contra los etarras detenidos por el régimen franquista, lanzó una bomba contra una sucursal del Banco de Bilbao en Granada lo que le obligó a exiliarse. Como no tenía pasaporte, no podía salir de inmediato del país problema que se obvió cuando Mariano Zugasti le presta su pasaporte y así, con nombre falso y acompañado de Lesley, sale rumbo a París de paso hacia Londres donde vivió como “homeless” en su primer año de estadía.
Para lograr su estatus de asilado político consigue que el Daily Mirror le haga una entrevista en la cual plantea su situación. El diario, falsamente, publica que el gobierno español ha condenado a Sabina a la pena de muerte. Tras esto logra el asilo por un año y se marcha a Edimburgo con Lesley de quien se separa al cabo de ese tiempo, regresándose a Londres. Durante su estadía en esta ciudad su casa sirve de refugio a perseguidos del régimen franquista, incluyendo miembros de la ETA. Con el tiempo, Sabina declararía: «La izquierda de este país, a la que orgullosamente he pertenecido y creo pertenecer, debiera pedir perdón por su complacencia con ETA durante muchos años. Yo tuve en mi casa de Londres a etarras y era una gente encantadora que pegaban tiros en la nuca, algo que nos parecía una cosa muy graciosa en ese momento. Y hacíamos mal. Porque de aquellos polvos vinieron estos lodos. Así que creo que la gente como yo está muy obligada a estar muy en contra y a decirlo muy alto por cobardes que sean. Y yo lo soy como el que más».
En Londres organiza un grupo de teatro y presenta obras polémicas de Bertolt Brecht, también organiza un cine club en el que se exhiben películas de Luis Buñuel, prohibido entonces por la dictadura española. Escribe canciones regularmente y se gana la vida cantando en el metro, en restaurantes y cafés. Cuentan que en 1974 cantó frente a George Harrison quien se encontraba celebrando su cumpleaños en el restaurant “Mexicano-Taverna”; el ex Beatle le dio una propina de cinco libras, que él, por supuesto, se bebió inmediatamente.
En 1976 publica el libro “Memorias del exilio” y organiza conciertos para los exiliados españoles en los cuales actúan Paco Ibáñez, Pi de la Serra, Luis Llach y Elisa Serna, entre otros.
Hasta aquí esta primera entrega sobre la vida de este extraordinario cantautor español. Estén pendientes, amigos de Plenamar, que hay mucho más que contar de Joaquín Sabina, lo cual prometemos dentro de muy poco.
—
Luis Tomás Oviedo es médico, docente y cofundador del grupo musical Nueva Forma junto a Sonia Silvestre, Víctor Víctor y Claudio Cohén.