Singladuras

Cuando celebraba sus 80 años, obsequié al profesor Juan Bosch con el Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española. Días después, en el cenáculo de Natacha Sánchez, don Juan me comentó acerca de una extraña representación gramatical que aparecía en aquel tesauro. El 14 de julio de 1989 cursé esta nota:

Apreciado Don Juan:

Recuerdo su alusión a un infrecuente signo que, similar a la “f”, pulsaba empero como “s” en el Diccionario de Autoridades (DdA). Contumaz, borroso, cabe decirlo, es el albor de esa lengua que hoy pronunciamos. Antonio de Nebrija publicó en Salamanca la primera gramática (1492) y los primeros diccionarios latín-español (1492) y español-latín (circa 1494). Luego apareció el valenciano-castellano publicado por Palmireno en el 1569. Mi regalo a usted fue un facsímil de la primera edición (en 1726) del DdA de la Real Academia Española.

Aquel trazo que movió su interés no es sino una de las tantas vividuras tascadas por la ‘s’ en un obstinado trajinar por las praderas de esta lengua. El diccionario lo advierte en el folio inicial de las palabras encabezadas por dicha letra: “La S formada en un clavo es cifra de la voz Efclavo, y dos SS pueftas en efta forma quiere decir párrapho. En nuestro idioma no fe liquida la S al principio de dicción; y afsi, ó a abfolutamente fe omite: como Ciencia, ó fe le antepone una e: como Efcoláftico; pero porque muchas de las voces que se toman de otro Idióma, efpecialmente el Latino, fe hallan en nueftros Autóres efcritas con S liquida’.

Materia viva es el idioma. Robustez que no mengua. Patria misteriosa e irrenunciable de todos nosotros…

Suyo, con todo mi afecto.

PDM

Pedro Delgado Malagón, ensayista y columnista de múltiples revistas y diarios dominicanos; catedrático universitario, autor de Turismo dominicano: 30 años a velocidad de crucero (2018).