Hotel Oral
Celebras tu oscuridad en esas camas húmedas del Hotel Oral caes tibia sobre los portales catalanes me esquivás solo para encontrarme muerto y por sorpresa en las esquinas de una vieja mesa y es que a veces soy Maradona en el 94 rompiéndome la cabeza quedando afuera por doping pateando las puertas que se cierran perdiendo toda entereza cayendo de nuevo muerto y me encontrás encarné el destino palmo a palmo solo para hacerte aparecer y cuando vi tu pecho anfetamínico montando tus botas de niña rica adornada de flores cogollo caprichos histeria y cálices de yerba entendí que eras para mí Y te dije: “Si el día termina en Sarajevo o Kiev enviaré esto feos poemas al futuro desde un millón de lágrimas” pero eso ya lo sabes la gira de risas ebrias en hoteles sin estrellas y botes alquilados por treinta minutos en canales sin viento El tiempo se escurre Bajo mesas de coffe-shop entre tus piernas de Luna de Miel Vomitamos en la piscina desde el balcón del Oral Hotel y disfrutamos vistas de gentrificación y smog El check in es como la muerte pero al revés Algo nos espera escondido en las escaleras espiral y yo muerdo tus caderas como ganado bravo como el último animal Si una mañana te despiertas Y mi cuerpo ya no está si cansadas caen ya tus pestañas Siéntate en cualquier bar pide un trago y espera
A París
Cuando seseo espantado por las callecitas estrechas y muros apretados y veo los escritores de Starbucks los pintores de supermercado y las galerías repletas de fotos y poemas de exotismo enlatado de amor de compra venta del indio capturado en tinta o en papel de muñones levantados pidiendo pour manger En La Chapelle, Stalingrad, y Jaurès Aprieto mis sienes y río y muero y lloro desconsolado pero solo conmigo mismo y tardo años en caer derrotado me arrastro y cuando ya no queda espacio en mi camisa para más sangre cuando ya no queda aire te recuerdo y pienso en que sos lo mejor que le sucedió a París
Sophie
Yo extraño opaco negro Yo extranjero sediento brindo solo Vos frágil rosa desnuda Dos luces a contrapunto vomitan sombras y desintoxicados se elevan una vez más dos seres felices
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Autor: Julio Rivero Oojier.
Corazón ubicuo
Convertirme en vecino sin pensarlo de esta ciudad, hoy mía. La he poseído lentamente, acariciando sus esquinas, cortejando sorprendido sus misterios, perdiéndome en sus cuerpos, a veces con un deje de nostalgia, y otras, presa del olvido que procuran las carnes encendidas. Aquí llegué, embriagado de deseos, escapando a los lugares comunes, al errar de personajes literarios cuyas pasiones se hacían y deshacían, sus almas desgarrándose con la música, escuchada en clubes de jazz o en cuartuchos miserables, mientras los cuerpos se buscaban para descubrir la soledad. Desencuentros marcados por el llanto. Convertirme en vecino sin pensarlo Son mías las historias que me han llevado a ello. Soy yo el dueño de los días y de las noches que han trocado en otro al extranjero. Son mías las aventuras, míos los temblores del cuerpo, las sacudidas del alma, los resueños. Y mías también las palabras de la lengua aprendida con sus matices y entresijos, así como el gusto al saborearlas. Libertad del decir sin sentir la puñalada, reinvención de la sensatez al abandonar y desencarnar los símbolos, los códigos de infancia. Pasar del balbuceo al dominio del idioma, que poco a poco acariciará esta lengua mía en la que escribo, incitando en ella otras voces, quizás otras maneras sensibles que acompañen el viento mientras hablo, el perfume de las flores, el aliento que me empuja hacia tu boca Convertirme en vecino sin pensarlo ha sido un camino largo, un periplo oscilante, una búsqueda, un hurgar incesante en los cimientos, un referirme a las raíces, para entonces, expatriado, pisar la tierra con firmeza, sentirla mía, saberla tan querida como aquella que dejé y que aún me habita, como esta lengua materna que ya no me coerce. Nada más rico para mí que este corazón ubicuo. París, 25 de febrero 2020
Autor: Nelson Ricart Guerrero
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Julio Rivero Oojier es poeta y editor uruguayo, autor de los poemarios Disección Acá (2011) y Hotel Oral (2019).
Nelson Ricart Guerrero escritor y artista visual dominicano, residente en París.
Fotos de dibujos de gárgolas de Aquiles Azar, por Tony Fondeur.