Una militarización de los afectos

Carl von Clausewitz, el militar prusiano, el historiador que teorizó la ciencia militar moderna, escribe en su libro El arte de la guerra que en historia manda la geografía. Argumento que pretende poner el foco en la geopolítica. De modo que la ubicación de una población construiría el destino de su territorio. Los hitos históricos que atraviesan los pueblos serían, según esta posición, producto del espacio físico en el que viven. Sin embargo, el libro Nada de lirismo intenta mostrar el modo en que la historia es transversal a la geografía, que la atraviesa, que la cruza de lado a lado. Una época, la contemporaneidad entre los sujetos que la habitan, marca la expresión política, estética y afectiva de las personas. 

Carl von Clausewitz nació en la Alemania del año 1780, cuando las distancias materiales provocaban distancias ideológicas. La mundialización, ese proceso económico, tecnológico, social y cultural que se funda en la comunicación crea una interdependencia entre los distintos puntos del mundo. La primera globalización fue marcada con el así denominado descubrimiento de América, es decir, la extensión de los estándares europeos a territorio americano. La globalización actual o segunda globalización es un proceso del siglo XX que comenzó, esencialmente, una vez finalizada la guerra fría. La disolución de la Unión Soviética y la crisis del socialismo señalan el fin de la tensión. Sin embargo, antes que la Unión cayera, hubo un impulso revolucionario que penetró en varios continentes. El ideario de las revoluciones libertadoras latinoamericanas se hizo eco de la revolución iraní, de la revolución china, y de los movimientos de Medio Oriente. 

Nada de lirismo entrelaza el entramado político de la Argentina de los años setenta con el adiestramiento interno del gueto armenio en Buenos Aires. Tanto el furor de los grupos extremistas del Cono Sur como el fervor impulsado desde el Líbano cuentan con los afectos de las personas, con su posición martirizada, con su voluntad inmolatoria. Esa extenuación del sí mismo hasta o hacia el éxtasis no acontece de manera inmediata o natural. Requiere de un ejercicio, de un entrenamiento cuya base es ese péndulo amor-odio. El amor por la tierra, por el partido, y el odio por el enemigo. La figura del enemigo también requiere de una dietética, quiero decir, de una alimentación diaria controlada por un esquema violento, de cólera.

El cancionero revolucionario armenio traducido al castellano es el registro sobre el cual se funda el texto de Nada de lirismo. En diálogo entre esas canciones y la marcha peronista se inscribe el cuerpo de una joven. Una voz que el libro denomina “la chica yo” circula desde la extranjería de ser otra y la identidad. En desvíos, en extravíos el frenesí se crispa por el poder. El poder de dar y recibir la muerte se gesta desde muy temprano, con dosis de injusticia y resentimiento, de ira e indignidad; y siempre por y desde el cuerpo. Así “la chica yo” somete y es sometida, subyuga y es subyugada en su propia piel. De manera tal que el sexo deviene el campo de batalla donde busca dirimirse la propiedad de un territorio, ese cuerpo del cuerpo.

La violencia del texto, en su explícito erotismo, constituye una sublevación de clases, de pueblos; pero es, a la postre, la sublevación de una literatura por nombrarse fuera y dentro de una identidad. Al adjudicarse los hechos crueles dentro de los límites de una patria he asumido mi argentinidad abiertamente, sin el pudor que me daba mi condición diaspórica. Y, en ese contexto, el libro es también una revuelta por liberar la voz de ese ángulo doliente por no vivir en la nación imaginada o soñada, la prometida tierra de un origen siempre en fuga. Entonces, el arrebato, esa cierta brutalidad de las imágenes compone el ansia rabiosa, el escándalo de no ser el combatiente de una literatura nacional. El amor que reclama el final del texto es una demanda por una lengua que hable fuera del mutismo del origen y del destino. Una palabra fuera del ejército de los programas ideológicos.

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Ana Arzoumanian (Buenos Aires, 1962). Escritora, poeta y traductora descendiente de inmigrantes armenios, nieta de sobrevivientes del genocidio armenio. Es autora de diversos libros y profesora de la Maestría en Escrituras Creativas de la Universidad Tres de Febrero.

Nada de lirismo ha sido publicado por la editorial Mora Barnacle en Buenos Aires este 2023. Se puede adquirir en el siguiente enlace: https://barnaclemora.wixsite.com/autores/arzoumanian