Otra versión de Hansel y Gretel

Este cuento es una invitación a la comprensión y el conocimiento de la esencia humana. Se publicó en una edición bilingüe muy hermosa de limitados ejemplares, hechos a mano por la artista Yarisa Colón Torres. La autora está preparando una nueva edición limitada más ampliada. Tiene planes, además, de publicar una edición de impresión regular que aparecerá en varios idiomas: español, inglés, francés y alemán. Para mí es muy buena noticia, pues muchas personas podrán disfrutar de su lectura.  El cuento motiva a la reflexión, a la comprensión, al amor, al despertar… Es un excelente trabajo que puede ser base para un diálogo enriquecedor en las clases de un aula o en cualquier otro lugar. Pienso que la autora estuvo muy iluminada a la hora de escribirlo. Esa apreciación se debe a que no sólo veo el significado explícito, sino también el implícito. Es una forma de ejercitar la imaginación de los lectores y lectoras, ya que muchas son las derivaciones y enseñanzas que se pueden obtener de la narración. Estimula a una reflexión sobre la comprensión en casos extremos, la ruptura de círculos opresivos, la superación del rencor para dar paso a una vida más plena… Es, sin lugar a dudas, un cuento muy simbólico; la interpretación del mismo puede ser muy variada.

Creo que la buena literatura puede ayudar a humanizar o al menos a disminuir prejuicios que nos impiden captar la realidad… No soy la única que tiene esta percepción. El ser humano es complejo, pero existen muchas formas sencillas para demostrar amor, comprensión y bondad.

En el cuento hay tres personajes, todos muy importantes; e incluye una breve referencia del padre en los recuerdos de Gretel y las hermanas de la bruja, tan sólo mencionadas.

Gretel sobrevive a las jornadas agotadoras de trabajo, al saberse esclava e impotente para ayudar a su hermano que está enjaulado. Tiene sus pequeños escapes: cuidar un “jardín secreto de violetas, azucenas, siemprevivas y claveles piscis”, a la vez que cuida las plantas de preferencia de su opresora. El vínculo con la tierra se convierte así en un elemento de distracción en medio de tan amarga realidad. Asimismo, la conversación con su hermano Hansel y la lectura a escondidas de libros procedentes de la biblioteca de la bruja proveen cierto consuelo a su vida.

Hansel sobrevive enjaulado. Le gusta escribir, es poeta y la poesía es un arma, un escudo blando para cultivarse a sí mismo a fin de no desfallecer en medio de tanta ignominia, y percatarse de que, a pesar de todo, existe la verdad y la belleza: “Hansel desarrolló la habilidad de matizar todo, hasta la descripción más simple o el tema más ordinario, con el espíritu, con giros poéticos sensibles y a veces desquiciados, con una imaginación profusa y cristalina que demostraba la lenta y paradójica purificación del interior en un exterior de una fuerza desesperada y nerviosa”.

No obstante tener enjaulado a Hansel, la bruja muestra un interés por él muy diferente a su relación con Gretel: Conversaba con él, le preguntaba si tenía frío… La mente desquiciada de la bruja no lo dejaba físicamente libre, ni siquiera dentro del castillo.

El castillo, con sus cien recámaras y puertas iguales, es el lugar central en donde se desarrolla la historia. Puede ser símbolo de laberinto interior, es decir, de situaciones a las que no se les vislumbran salidas, que además conducen a la incertidumbre y el desasosiego, círculos de opresión muy difíciles, aunque no imposibles, de romper. Sabemos que un laberinto, por intrincado que aparezca, tiene una salida. Con sus tapices deslumbrantes que gustaban a Gretel, el castillo es un lugar en donde se conjugan de manera asombrosa belleza y opresión.

Otro elemento simbólico importante es la conversión de las migajas de pan en piedrecitas, que les indicarían a Hansel y Gretel el camino de retorno. En mi opinión simbolizan las huellas que les indican no sólo el retorno a su hogar junto a su padre, sino también una forma de retorno a esa parte inocente de sí mismos, que se vio violentada por las acciones de la bruja.

En la mente de Gretel se maduraba la idea de matar a la bruja que encarna el mal, como la única salida para su libertad y la de su hermano; era la única forma que la adolescente podía ver para romper ese círculo. Sin embargo, aunque tiene la oportunidad de matar a la bruja –como sucede en el cuento de los hermanos Grimm– Gretel no lo hace. En el justo instante, detiene lo que había pensado en más de una ocasión. No sólo fue un despertar para ella, sino también para la bruja; la autora del cuento nos lo describe de la siguiente forma: “En el último momento, una intuición le relampagueó en la mente y le hizo percatarse de una verdad asombrosa…” (Dejo esa curiosidad a los lectores para que cuando lean el cuento de Myrna Nieves lo disfruten más.) La bruja confesó que la estructura del castillo “es sensible a sus pensamientos y actos”. Dada la metamorfosis de su persona, sus poderes se evaporaron. El castillo empezó a resquebrajarse, a caer polvo del techo… La bruja indicó a los hermanos la puerta de salida, instándolos a que lo hicieran rápido. Pero sucede algo más al final. La autora nos invita a suponer diferentes finales de la historia. Este cuento me recuerda lo que escribió Kalil Gibrán: “Las almas fuertes perdonan, las débiles son vengativas”. Hansel y Gretel son dos almas fuertes, sobrevivieron a grandes oprobios. Imagino a Gretel y Hansel curados de rencor, desplegando sus “alas de libertad”, sus ojos maravillados, sus pies ligeros. Ambos caminando sobre las huellas que habían dejado atrás.

Es claro que la fuerza más grande que les ayudó a sobrevivir fue la del amor, que, de acuerdo a Eric Fromm, es la única que puede salvar el mundo. 

En este cuento, Myrna Nieves refleja sus dotes de poeta de fina sensibilidad, y su amplia formación en literatura, así como sus abundantes y selectas lecturas. Esto último lo podemos apreciar en los variados libros que aparecen en la biblioteca de la bruja y que sabe aprovechar de forma secreta la joven Gretel.

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Pastora Hernández es escritora e investigadora nacida en Jarabacoa, República Dominicana. Estudió Sociología en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y Artes Liberales en Boricua College, New York. Ha publicado 4 poemarios y es coautora de Desde la diáspora: cuentos y poemas de niños y niñas dominicanos (2005) y fr Mujer Rural Dominicana (1987). Dirige el proyecto de literatura infantil “Children’s Project: Work in Progress”.