Tinoco, Garzón-Rodríguez, Contreras, Ortega

En esta sección, nos sumergimos en las fascinantes visiones y análisis de renombrados expertos internacionales sobre la implementación de la inteligencia artificial en contextos similares al de la República Dominicana. Nuestros distinguidos contribuyentes abordan temas candentes y críticos como la gobernanza de la IA, la ética, el impacto en el empleo y la seguridad cibernética. Cada experto evalúa meticulosamente los desafíos y ofrece recomendaciones estratégicas para optimizar la adopción de la IA en nuestra región. Estos valiosos insights internacionales nos brindan una perspectiva privilegiada para fortalecer la ENIA y adaptarla a las dinámicas globales y regionales en constante evolución.

“Hacia una gobernanza efectiva de la IA en la República Dominicana”

Roberto Tinoco, el diplomático científico del prestigioso Observatorio de Riesgos Catastróficos Globales, con sede en la vibrante ciudad de Bogotá, Colombia, analiza la necesidad de una gobernanza efectiva y una adopción ética de la inteligencia artificial en la República Dominicana. Destaca que la ENIA es fundamental para la regulación de la IA en América Latina y el Caribe, abordando la gobernanza, la regulación de sistemas y empresas, y la necesidad de capital humano y financiamiento público y privado. Tinoco recomienda audazmente la creación de una Dirección General de Innovación y Desarrollo Digital como un organismo independiente con personalidad jurídica y facultades regulatorias, que realice actualizaciones periódicas sobre la vertiginosa evolución tecnológica. También propone establecer un Comité Nacional para evaluar y promover “sandboxes regulatorios” de la IA y desarrollar un código ético que garantice el respeto a los derechos humanos, aprendiendo de la experiencia europea, especialmente de España. Finalmente, destaca la importancia de prohibir el uso de la IA como arma de guerra, alineándose con tratados internacionales y posiciones éticas globales, y fortaleciendo la posición diplomática de la región en este aspecto crítico.

Comparto plenamente las recomendaciones de Roberto y subrayo la urgencia apremiante de realizar investigaciones exhaustivas sobre aspectos cruciales de la gobernanza de la IA en la República Dominicana. Es esencial definir con precisión las facultades regulatorias específicas de la Dirección General de Innovación y Desarrollo Digital, así como establecer la frecuencia de las evaluaciones de riesgos y los criterios para medir el éxito en los sandboxes regulatorios. Además, es fundamental implementar mecanismos claros y contundentes para monitorear y hacer cumplir las directrices éticas. En cuanto a la seguridad, es vital decidir si la prohibición se centrará únicamente en armas autónomas o incluirá otras aplicaciones militares de la IA. También se debe debatir hasta qué punto las políticas dominicanas deben alinearse con los marcos y estándares internacionales existentes. Debemos fortalecer decididamente la inversión en investigación y desarrollo para abordar efectivamente los desafíos y oportunidades que presenta la inteligencia artificial.

“Impacto de la IA en el mercado laboral”

Carlos Garzón-Rodríguez, Ph.D. en Filosofía y profesor en la Universidad de Antioquia en Medellín, Colombia, aborda con perspicacia el impacto de la inteligencia artificial en el empleo. La ENIA, a través del HUB de Talento Humano e Innovación #YoSoyFuturoRD, busca desarrollar la fuerza laboral dominicana para promover la exportación industrial 4.0 en Latinoamérica mediante la creación de laboratorios y centros de capacitación. No obstante, preocupa que la IA, como los modelos lingüísticos tipo ChatGPT, pueda desplazar empleos humanos y aumentar el desempleo. Garzón-Rodríguez adopta una perspectiva optimista, argumentando que la tecnología ha transformado históricamente las tareas laborales, haciéndolas más eficientes y creando nuevas oportunidades. La IA, similar a la informática, abrirá nuevas profesiones y áreas de empleo, impulsando tanto la producción laboral como la académica en ciencias naturales y humanidades digitales. Aunque la transición hacia un mercado laboral más avanzado implicará la obsolescencia de ciertos empleos, Garzón-Rodríguez subraya que una actitud optimista permitirá visualizar nuevas esferas laborales y formas innovadoras de producción y relación con el mundo. 

Este es un tema controversial, donde respuestas contrarias pueden estar igual de justificadas. Por mi parte, no comparto este optimismo. La evidencia preliminar sobre los efectos netos de la robotización –como lo destacan brillantemente Acemoglu y Restrepo (2020)– sugiere que el cambio acelerado podría exacerbar el ciclo de empobrecimiento. Además, debido a que la IA es una tecnología de propósito general aplicable a numerosos campos y porque las máquinas pueden complementar el trabajo humano de maneras que amplían su impacto, esto podría generar un mercado donde solo un pequeño número de personas altamente cualificadas (“superestrellas”) se beneficien, mientras que muchos otros podrían perder sus empleos o nunca alcanzar el nivel de competencia necesario para obtener uno de esos codiciados empleos. 

“Liderar para el desarrollo. Liderar para el Encuentro.”

Gaspar Contreras, renomabrado consultor en bienestar ciudadano y docente del prestigioso Panamerican Business School, basado en Buenos Aires, Argentina, destaca cómo la IA se ha convertido en el pilar fundamental para el progreso y la competitividad global en la cuarta revolución industrial. El gobierno de la República Dominicana, consciente de esta realidad, ha delineado una estrategia ambiciosa para posicionarse como líder continental en tecnologías disruptivas que impulsen el crecimiento económico y social. Contreras destaca que la IA no solo transforma la manera de vivir y trabajar, sino que también redefine nuestras interacciones con el entorno, siendo clave para desarrollar ciudades inteligentes que optimicen procesos y promuevan el bienestar emocional. Además, enfatiza que las políticas públicas deben fomentar la eficiencia, la inclusión y el desarrollo humano, asegurando que las futuras ciudades inteligentes beneficien equitativamente a todos sus habitantes y respeten los derechos humanos.

Comparto la visión de Contreras y añado que la capacidad de la IA para mejorar la salud emocional y el bienestar es especialmente relevante. La cuarta revolución industrial, caracterizada por una fusión de tecnologías que están difuminando las líneas entre las esferas física, digital y biológica, está impulsando cambios significativos en todos los aspectos de la vida. Laboratorios de IA líderes, como Inflection AI, ya están enfocándose en este aspecto. Han desarrollado modelos de IA como Inflection-2.5 para su chatbot Pi, centrados en la inteligencia emocional. Esto demuestra cómo la IA puede transformar los servicios de salud mental y el bienestar general, potenciando nuestra habilidad para crear ciudades más inteligentes y felices. A pesar de que la República Dominicana ha sido clasificada como número uno en “bienestar mental” según el ranking de Sapien Labs, aún tenemos mucho por mejorar. Con la asistencia de la IA, contamos con los medios para hacerlo de manera efectiva.

“Inteligencia artificial: cultura, cooperativismo y trabajo social”

Pedro José Ortega, Ph.D. en Filosofía, investigador asociado del Instituto de Estudios Dominicanos de City University of New York (CUNY-DSI) y profesor de economía en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), basado en Nueva York, Estados Unidos, aborda la integración de la IA en la cultura, el cooperativismo y el trabajo social en la República Dominicana. Destaca tres aspectos esenciales que la ENIA no aborda suficientemente. Primero, la IA es crucial para fomentar cooperativas solidarias, con ejemplos en la línea noroeste del país en sectores como la agricultura y la producción artesanal. Las cooperativas, con propiedad compartida, ofrecen mayor seguridad laboral y beneficios económicos, mostrando además resiliencia ante crisis. La IA generativa puede desarrollar ecosistemas cooperativos, promoviendo la formalidad laboral y la integración social, mejorando el flujo de información y fortaleciendo las relaciones cooperativas frente a tendencias monopolísticas. En educación y cultura, la IA puede rescatar y proyectar recursos documentales a nivel global. En salud, puede crear un ecosistema cooperativo orientado al trabajo social, beneficiando a personas con necesidades especiales y contribuyendo a la prevención de la violencia intrafamiliar, la depresión y el suicidio. Ortega concluye que la IA, centrada en la cooperación y la solidaridad, permite transformar de manera tangible y beneficiosa la sociedad dominicana, explorando caminos antes utópicos.

La propuesta de Ortega destaca por su enfoque novedoso y emocionante en la utilización de la IA para fortalecer el cooperativismo y el trabajo social. Al centrar la IA en la cooperación y la solidaridad, Ortega no solo sugiere aplicaciones tecnológicas, sino un cambio paradigmático en cómo concebimos la integración de la IA en nuestras estructuras sociales. Este planteamiento contrasta con los enfoques tradicionales que suelen enfocarse únicamente en la eficiencia económica y la productividad. Ortega propone que, mediante la IA, se puede fomentar una economía más equitativa y robusta, donde las comunidades locales y los sectores vulnerables se beneficien directamente de los avances tecnológicos.

Conclusión

Esta sección del dossier destila visiones críticas e inspiradoras sobre la adopción de la IA, proporcionadas por expertos de renombre que abordan desde la gobernanza hasta el impacto laboral de la IA. Roberto Tinoco plantea la urgencia de una regulación ética y eficaz, mientras que Carlos Garzón-Rodríguez advierte sobre los posibles desplazamientos laborales a pesar de las nuevas oportunidades emocionantes que la IA puede generar. Gaspar Contreras vislumbra cómo la IA puede redefinir nuestras ciudades y bienestar de manera revolucionaria, y Pedro José Ortega ilustra su potencial para fortalecer el cooperativismo y la inclusión social. Este conjunto de perspectivas no solo subraya la complejidad de integrar la IA de manera ética y efectiva, sino que también insta a considerar políticas que armonicen el progreso tecnológico con el desarrollo humano. La República Dominicana se encuentra en una posición privilegiada para liderar esta transformación y convertirse en un faro de esperanza para la región y el mundo.