Con mis anotaciones sobre la ENIA de la República Dominica, deseo destacar tres aspectos esenciales de la vida económica, cultural y social ausentes en las líneas de integración de la IA en la gobernanza.  

En primer lugar, la IA es un recurso indispensable para fomentar cooperativas solidarias. El modelo cooperativo ha mostrado mayor nivel de empoderamiento productivo en regiones como la línea noroeste de la República Dominicana, especialmente en sectores como de la agricultura y la producción artesanal. También es ejemplar en comunidades autónomas como el País Vasco y en países como los nórdicos. 

La diferencia entre ambos modelos radica en la copropiedad accionaria o propiedad compartida entre los socios dentro del modelo cooperativista. Tanto el socio como el trabajador asociado en una cooperativa tiende a experimentar mayor seguridad laboral, poder de decisión y beneficio derivado de las utilidades del capital. Estas ventajas en favor de los trabajadores solo son posible en la empresa capitalista mediante la agencia del Estado o de organizaciones sindicales. A esto se suma la resiliencia ante crisis y choques externos de la organización cooperativa que suele ser mayor a la de las empresas capitalistas. 

La IA generativa aplicada al desarrollo de ecosistemas cooperativos y solidarias, representa una alternativa pionera para promover formalidad laboral, así como la integración social en un modelo económico que vincula el trabajo y la propiedad al bien común, generando a su vez bienestar social. La IA permitiría incrementar el flujo de información compartida entre socios cooperativos en cuanto áreas de inversión, utilidades, canales de distribución y cadenas de valor, costos de producción e inclusive ayudaría a fortalecer la relación entre empresas cooperativas para maximizar niveles de participación y penetración de mercado, en contra de la acción monopolista y casi monopolística, de tendencia predominante en los sistemas capitalistas. 

En el ámbito de la educación y la cultura, coadyuba al rescate, investigación y proyección de los recursos de archivo, bibliográficos, documentales y propios del patrimonio intangible de la República Dominicana, al potenciar su acceso y difusión a escala global. En el campo de la salud, estos recursos de alta tecnología ayudarían a crear ecosistema de Inteligencia Artificial cooperativo orientado al trabajo social, en beneficio de personas con necesidades especiales, mayores de edad, asistencia infantil; o la protección y prevención de la violencia intrafamiliar, la depresión y el suicidio. 

La IA, pensada para la cooperación y la solidaridad, permitiría explorar el camino distinto pero cierto de lo que una vez fue mera utopía. 

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Pedro Jose Ortega, Ph.D. Investigador Asociado Instituto de Estudios Dominicanos de City University of New York (CUNY-DSI), y Profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)