La última película que vi en una sala de cine, antes de todo esto, fue The Invisible Man (Leigh Whannell, 2020). Recuerdo que la sala estaba repleta porque, entre otras cosas, esta nueva adaptación de la novela homónima de H.G. Wells generó buenas expectativas entre el público, así como de las mejores críticas de este atropellado año. Con una trama y temática que se apoya en la creación efectiva de suspenso y terror, se percibía la atención total de los presentes. En pocas palabras, estábamos absortos y compartíamos juntos, entre miradas expectantes, butacas tensas, sobresaltos y ligeros gritos de sorpresa. Esta es una de las tantas magias que envuelve el cine. Son de las que me hacen falta.
Por lo pronto, durante estos días y quizás por las próximas semanas, no podremos experimentar estas placenteras sensaciones. Como otros sectores del entretenimiento, el cine no se escapa de las inclemencias del brote pandémico que es el coronavirus (COVID-19). Hace unos días se reportó que las recaudaciones en taquillas en los Estados Unidos se desplomaron de manera épica por los cierres de las salas de cine en ciudades metropolitanas como Nueva York, Los Ángeles y San Francisco, California1. Tanto así, que las cadenas como AMC Theaters y Regal Cinemas han solicitado “alivio financiero” a la administración de Donald Trump y al congreso estadounidense, ya que “el modelo económico de la industria cinematográfica es especialmente vulnerable en esta crisis”2.
Concuerdo con esta declaración. Uno de los encantos del séptimo arte radica, como esbozaba al inicio, en ser una experiencia grupal. Amén de las bondades que brindan las plataformas y los servicios de streaming como Netflix, el crítico de cine Richard Brody señala que se asiste a las salas de cine por varias razones3. En primer lugar, las proyecciones –sean estas de películas masivas o de cine independiente– aglutinan a la audiencia. Segundo, es una actividad social recurrente. De igual forma, es una expresión artística contemporánea de amplia discusión.
No obstante, como inquiere David Sims en “The Atlantic”4, con las medidas de distanciamiento social y de confinamiento doméstico a flor de piel en la percepción colectiva, ¿nos volveremos a sentir inmunes en una sala de cine cuando todo esto se normalice? Con el bombardeo de los medios de comunicación y las advertencias de gran parte de los especialistas de la salud5, los cuales instan al cumplimiento de estas recomendaciones, debemos admitir que nos dirigimos a una nueva realidad que imperará en el futuro cercano, cuando retornemos a las interacciones cotidianas de antaño. Por eso, la pregunta de Sims esconde una premisa inquietante que bien podría funcionar para una película de corte paranoico.
Aunque, en efecto, esto ya ha sido abordado. El cine –bajo sus artilugios técnicos y sus recursos narrativos– nos permite comprender esta delicada situación. Por ejemplo, Contagion (2011) del director estadounidense Steven Soderbergh (Georgia, Estados Unidos, 1963) es una visita obligatoria en estos tiempos de coronavirus. Los paralelismos con la actualidad son sobrecogedores. A grandes rasgos, su historia se centra en una crítica pandemia de un virus letal, mientras un variopinto grupo de personajes y entidades –como médicos y científicos de la Organización Mundial para la Salud (OMS), oficiales gubernamentales, hombres de familia, periodistas– intentan lidiar y contener su propagación y sus consecuencias.
En términos argumentales, Soderbergh y su guionista Scott Z. Burns retratan con precisión clínica y minuciosa las aristas alrededor de una crisis sanitaria: la investigación a contrarreloj, el pánico y el resquebraje social, la frustración e ineptitud institucional, la vulnerabilidad de ciertos colectivos, el negocio farmacéutico y el oportunismo económico, así como los peligros del periodismo sensacionalista e irresponsable. Como dato interesante, años después de su estreno, Contagion vuelve a acaparar popularidad6. Demuestra que la realidad se funde con la ficción. Como bien destaca el premio Cervantes nicaragüense, Sergio Ramírez: lo que antes fue una diversión sombría en clave de película de catástrofe, ya lo estamos viviendo en tiempo real7.
Así las cosas, reconozco que el discurso de esta bitácora puede considerarse grisáceo y desalentador. Sólo me restrinjo a mi pasión, que es la cinefilia. Sin dudas, son tiempos excepcionales. Sé que la economía se ha topado con una lúgubre recesión. Los sistemas de salud pública se enfrentan a duras batallas. Muchos países, como España e Italia, sufren curvas nefastas del coronavirus. Nuestra República Dominicana se encuentra sumergida en un plan de contingencia que se vuelve más drástico con los días que pasan. Incluso, les confieso que me ha resultado difícil escribir estas líneas.
Sin embargo, ante todas estas adversidades, quiero adoptar una actitud optimista. He comprendido que la cinefilia, a través de su apreciación artística, ha cultivado en mí una visión positiva y constructiva, no sólo hacia las películas, sino hacia todo aquello que me rodea. El arte, en todas sus formas, aspira a eso. Es cierto que el coronavirus es una prueba monumental que requerirá de nuestros mayores deseos. Creo que, ante todo, estamos preparados para vencer este reto histórico.
Por eso, para finalizar, quiero compartirles algunas consideraciones de una de mis críticas favoritas, Manohla Dargis. En un reciente y terapéutico artículo publicado en “The New York Times”8, la estadounidense nos revela la importancia del cine en su vida y lo que supone para ella no poder asistir con regularidad a las salas. En definitiva, es frustrante. Pero también nos regala una gran verdad, que cito en traducción libre: Voy al cine porque me ha dado sosiego durante toda mi vida, ofreciéndome un escape a mi propia realidad, pero dándome una manera de encontrarle sentido. Finaliza con la esperanza de que abarrotaremos las salas cuando las medidas y la histeria se suavicen, para gozar de nuevo los placeres que describe Richard Brody. Y lo disfrutaremos todos juntos, como me sucedió la última vez que fui.
Fuentes consultadas:
[1]. BELINCHÓN, Gregorio. Debacle de la taquilla del cine en Estados Unidos antes del cierre de salas en Nueva York y Los Ángeles. Periódico español “El País” (versión digital).Publicado el 16 de marzo de 2020. Disponible en el siguiente enlace: https://elpais.com/cultura/2020-03-16/debacle-de-la-taquilla-del-cine-en-estados-unidos-antes-del-cierre-de-salas-en-nueva-york-y-los-angeles.html
[2]. FAUGHNDER, Ryan. Coronavirus closures hammered movie theaters. Now they´re asking Trump for help. Periódico estadounidense “Los Angeles Times” (versión digital). Publicado el 18 de marzo de 2020. Disponible en el siguiente enlace: https://www.latimes.com/entertainment-arts/business/story/2020-03-18/movies-theater-owners-ask-congress-trump-for-relief-amid-coronavirus-closures
[3]. BRODY, Richard. What the coronavirus means for watching movies. Revista cultural “The New Yorker” (versión digital). Publicado el 14 de marzo de 2020. Disponible en el siguiente enlace: https://www.newyorker.com/culture/the-front-row/what-the-coronavirus-means-for-watching-movies
[4]. SIMS, David. Say Goodbye to Movie Theaters. Revista de variedades “The Atlantic” (versión digital). Publicado el 16 de marzo de 2020. Disponible en el siguiente enlace: https://www.theatlantic.com/culture/archive/2020/03/the-coronavirus-pandemic-is-hollywoods-nightmare/608104/
[5]. ANSEDE, Manuel. Un informe advierte de que las medidas de distanciamiento social podrían ser necesarias hasta 18 meses. Periódico español “El País” (versión digital).Publicado el 18 de marzo de 2020. Disponible en el siguiente enlace: https://elpais.com/ciencia/2020-03-17/un-informe-advierte-de-que-las-medidas-de-distanciamiento-social-podrian-ser-necesarias-hasta-18-meses.html
[6]. CLARK, Travis. Pandemic movie ´Contagion´ is surging in popularity due to the coronavirus and has hit the No. 7 spot on iTunes. Revista económica “Business Insider” (versión digital). Publicado el 6 de marzo de 2020. Disponible en el siguiente enlace: https://www.businessinsider.com/coronavirus-contagion-movie-is-surging-in-piracy-rentals-on-itunes-2020-3
[7]. RAMÍREZ, Sergio. La película de nuestras vidas. Periódico español “El País” (versión digital). Publicado el 17 de marzo de 2020. Disponible en el siguiente enlace: https://elpais.com/elpais/2020/03/16/opinion/1584361953_956073.html
[8]. DARGIS, Manohla. The Moviegoer: Our Critic Misses Sitting in the Dark With You. Periódico estadounidense “The New York Times” (version digital). Publicado el 19 de marzo de 2020. Disponible en el siguiente enlace: https://www.nytimes.com/2020/03/19/movies/coronavirus-movies.html
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Ysidro Eduardo García R. es abogado. Oriundo de San Francisco de Macorís. Egresado de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM). Desde joven, es un amante del séptimo arte y la crítica de cine. Ha tomado cursos de Producción Cinematográfica en la Escuela Altos de Chavón.