Las virtudes creativas e intelectuales del peruano José Antonio Mazzotti (1961-2024) no dejaban de sorprender a la comunidad lectora por su diversidad, pero, sobre todo, por la maestría y desempeño de primera línea con que se desplegaba en ellas y porque se desplazaba de una a otra con rigor y fluidez notables.

En lo que me concierne, el esplendor en su poesía lo descubrí temprano, tan pronto hallé selecciones de poesía suyas en antologías y revistas y me hice con libros bajo su propia firma. Posteriormente nos conocimos en persona al encontrarnos, con apenas dos meses de diferencia, primero en el Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) celebrado en marzo de 2016 en San Juan y luego en mayo de ese mismo año en Nueva York, para el Congreso de la Latin American Studies Association (LASA), ambos encuentros propiciados por el eminente escritor venezolano Gustavo Guerrero, quien nos había incluido en Cuerpo plural: antología de la poesía hispanoamericana contemporánea publicada por Pre-Textos en España en 2010.

Acudimos al VII CILE (al que yo bauticé “Séptimo Cielo”, para gran regocijo de Mazzotti) ciento cincuenta especialistas y escritores procedentes de una treintena países, evento que se desarrolló bajo los ejes temáticos Tradición y creatividad: las lecciones cervantinas; Interartes y educación en el espacio iberoamericano de conocimiento; Ciencia, pensamiento y comunicación en lengua española, El español en el mundo. Unidad y diversidad e Hispanoamérica y la esencia de la lengua, con un homenaje a la poesía centrado en las figuras de Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas y Luis Palés Matos, eje que incluyó un recital en que participamos junto a otros relevantes poetas de la lengua.

Bajo la guía grácil del consejero literario para la lengua española de la casa Gallimard en París Gustavo Guerrero (también Caballero de las Artes y Letras de Francia), leímos nueve poetas: León Félix Batista de República Dominicana, Janette Becerra de Puerto Rico, Germán Carrasco de Chile, Luis Felipe Fabre de México, John Galán Casanova de Colombia, José Antonio Mazzotti de Perú, Antonio José Ponte de Cuba, Javier Rodríguez Marcos de España y Laura Wittner de Argentina. Casi todos habíamos sido incluidos en la significativa antología Cuerpo plural, que fueraeditada por Guerrero a solicitud del Instituto Cervantes para ser presentada durante el V Congreso Internacional de la Lengua Española en Valparaíso, Chile, marzo de 2010, suspendido a causa del violento terremoto de magnitud 8.8 que sacudió a ese país suramericano el 27 de febrero, y que dejó varios cientos de muertos y miles de damnificados. De más está decir que José Antonio tuvo en ambos Congresos CILE y LASA de 2016 una importante intervención teórica además de la poética. 

Mazzotti y Batista en el LASA

Aquellos días transcurridos en la capital de Puerto Rico fueron auténticas noches caribeñas de San Juan. “La mágica noche de San Juan –nos dice National Geographic– está ligada, a raíz de una tradición milenaria, a grandes hogueras, saltos, noches de arena y playa, reuniones de amigos y a decir adiós a todos los malos recuerdos que se tiran en forma de papel al fuego”. Si bien no ardieron nuestros poemas, las palabras sin duda que lo hicieron, bajo un velo de amistad y cofradía literaria, cerca del rumor del mar.

La empatía y complicidad entre Mazzotti y yo fue instantánea y se solidificó a partir de entonces. Gracias a estas actividades y a un Seminario Internacional de Poesía y Poética que organicé en Santo Domingo en 2019 pude palpar de primera mano la impresionante capacidad teórica de José Antonio en muy diversos temas. Un eslabón imprevisible entre nosotros fue la estética barroca, dispersa en los debates sobre su vigencia actual: él apostaba por un atávico transbarroco originario en el Perú, yo por un transbarroco que seguía y trascendía al neobarroco del siglo XX. Otros puntos en común fueron el poeta del lenguaje y de la etnopoesía Clayton Eshleman –a quien yo traduje y quien a su vez tradujo a José Antonio–, y el hecho de que ambos conformáramos la cada vez más prestigiosa Colección Gala de Poesía de la editora neoyorquina Pro Latina Press.

Lastimosamente, la pandemia por el Covid-19 impidió que nos encontrásemos de nuevo, esta vez en su universidad de Boston, Tufts, en una feria del libro montada por él (porque, ¡vaya!, Mazzotti también fue un gran académico especialista en estudios coloniales y literatura latinoamericana, editor, traductor, gestor cultural, etc.), sino que problematizó la redacción a tiempo, antes de imprenta, del comentario de contratapa para su libro Nawa isko iki, cantos amazónicos, que me solicitara escribir. Tampoco pudimos coincidir, por idénticas razones, para la entrega del Premio Feria Internacional del Libro y la Literatura Tufts 2020 al chileno Cristián Gómez Olivares y la uruguaya Silvia Goldman, cuyo jurado lo constituimos José Kozer, Roger Santiváñez y yo. Empero, el virus propició también la multiplicación de encuentros, si bien virtualmente (aunque nadie tenga claro qué cosa es lo real), pantalla de por medio. Paradójicamente, ya curado el mundo y estando yo también en Massachusetts, no pude acudir a un encuentro en su casa de Medford con el escritor peruano Pedro Favarón en junio de 2022.

No nos volvimos a ver desde finales de 2019, pero lo sigo leyendo. En la memoria de sus lectores, de sus amigos, de su familia, siga viviendo José Antonio Mazzotti. Permanezca su poesía, escrita a como diera lugar:

Los amores imposibles, los poemas

Mientras te duermes vas oyendo a tus espaldas

     una puerta que se cierra sin hacer ruido

piensas en un amor imposible de citas clandestinas

     y perros que te siguen en la noche

y descubres que un amor y un poema son lo mismo

     al fin y al cabo

y son lo mismo al fin y al cabo el poema y la puerta

     que se cierra

sin hacer ruido y son lo mismo esa puerta que se cierra

     y un amor imposible que hace ruido estrepitosamente

y tienes que escribir el poema

                       escribir el poema

                       escribir el poema

                                                          a como dé lugar.

(Primer poema de su libro Poemas no recogidos en libro (Lima, 1981).

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León Félix Batista, poeta y traductor dominicano, estudió en Mercy College, New York. Premio Nacional de Poesía en 2021 por su libro “Poema con fines de humo”.