Qué guapa en la cuna, mi niña adorada,

para que la muerte cuando venga a verte

te encuentre acostada.

Cierra los ojitos, vida de mi vida,

para que la muerte cuando venga a verte

te encuentre dormida.

Duérmete, mi rosa,

para que la muerte cuando venga a verte

sea cariñosa.

Duérmete, ojos bellos,

si hay gatitos muertos por entre las ruinas

jugarás con ellos.

Duérmete, rubí,

y a ver si la muerte cuando venga a verte

se me lleva a mí.

(De Apartamentos de alquiler, Abada, Madrid, 2013)

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Carlos Piera (Madrid, 1942)