Mar de plástico

Por última vez, con los ojos cerrados, respiro hondo y contengo el aire.

Practico el arte de la desaparición.

Es azul, demasiado azul para ser verdadero.

Luce como un círculo de plástico de un azul cielo. Mar de plástico. Platos de plástico.

Finalmente camino descalza por el mundo erigido por

mis ideas,

donde el amor eterno, ley de supervivencia, nace día a día.

Los delfines vuelan. Los humanos todavía gatean en tierra firme.

Las caderas de los cocoteros sobresalen y muestran sus estrías.

Por accidente me enamoro de lo que cae en la arena, unas flores gruesas, toscas,

un pequeño lagarto aturdido cruzando la calle,

unas lagartijas espiando desde el centro del techo, unas hormigas rojas en el baño al aire libre.

En los trópicos siempre moran emociones salvajes, los truenos suenan como eructos.           

Caigo en la cuenta de que debo crear a un hombre que me ame,

quien me extienda con delicadeza una toalla blanca en el baño de agua de mar,

para probar mi presencia.

De nuevo accidentalmente lo hago demasiado viejo, incluso el viento no se lleva sus tiernas manchas de edad

derramando lágrimas.

Yo digo disfrázate para el gran escenario del mar.

Sal con tu traje de piel de sardina y pinzas de cangrejo. Después te abrirás paso por la ilusión que te hice y volverás a

la realidad.

Lo recogeré todo, plegaré días y noches, y verteré el mar

en un cáliz.

Todo es azul en la copa. Un mundo azul. Demasiado

real para ser verdadero.

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Dai Weina, poeta y joven estudiosa. Graduada de la Universidad de Oxford. Tiene publicaciones de colecciones de poesía como Mi paracaídas roto, Gimnasia del alma, Escudo facial, etc., además de ensayos (Tragedia inacabada – Zhou Zuoren y Ai Lishi) y traducciones (Prisión de terciopelo), etc. Escribió y dirigió el drama “Violación”.

Hilario Olivo es el autor del lienzo de portada. Nació en San Francisco de Macorís, 1959.