MICRORRELATOS

Agarró al primero con una mano, se lo quitó de encima lenta y delicadamente. Con el otro actuó distinto, se deshizo de él con rapidez y energía. Juntos anduvieron estos dos de amiga en amiga martirizándolas imperiosamente. Ellas creían que los usaban, que los pisaban y se retorcían sobre ellos sin ninguna consecuencia. Ellos, por su parte, siguen intactos: altos, caros, hermosos y deseados por cada cenicienta que los saca del hechizo de esa caja de zapatos.

Esta acuarela, la siguiente y la de portada, es autoría de la cuentista y novelista Ángela Hernández.



Iguales y diferentes


La vi tan igual y distinta a mí. Como son las réplicas: exactamente iguales y distintas. Quise tenerla, que fuera absolutamente mía sin esta certeza de que somos ajenas. Deseé haberla engendrado en algún vientre asiático en algún lejano circuito de la historia. Pero soy mujer y nada que no salga de mi vientre me pertenece.



Llamada Perdida


Pidió que la enterraran con su celular de última generación. Entendía que la muerte estaba sobrevalorada y que cometía errores con más frecuencia que certezas. A los tres días la desenterró el sepulturero para robarle el celular. Solo estaba el cadáver. Su hijo, adicto a la tecnología, abrió el ataúd al segundo día.

Ibeth Guzmán (Cruce de Guayacanes, 1983). Narradora, ensayista, docente e investigadora universitaria. Reside en Santo Domingo. Completó un Doctorado en Estudios del Español, Lingüística y Literatura en la PUCMM. Tiene una Maestría en la Enseñanza del Español en la Universidad de Alcalá de Henares.