Nuestro querido Víctor Victor ―Vitico―, fue un compositor que quedará en el tiempo por la belleza de sus canciones. Pareció heredar toda la riqueza musical que tenía de los trovadores de los 50 y los 60, o quizás también por el uso de la guitarra, que es muchas veces lo que define a un trovador. Con esa influencia romántica fue creador de canciones tan hermosas como La casita, “…yo no te prometo el cielo, te prometo una casita chiquita y bonita con paredes en colores, con cupidos de amor y quizás alguna flor”. Recuerdo que el lado B de ese hit fue la famosa canción “que confusión desde que llegaste tú, en mi corazón solo hay una inquietud y yo se que vendrás como llega el verano después de un frío invierno a quemar mi corazón, a fundir nuestro amor en una sola ilusión, los dos locos de amor”. 

Eran preciosas canciones que le abrieron un espacio en los oídos de la gente de los 70, de nosotros. Yo era mucho más joven, pero recuerdo que deliraba con ellas y fueron muchas las serenatas que di con composiciones de Vitico. Eran piezas que tenían la misma estructura armónica, muy parecidas. Luego, yo aspiré a componer como él porque me sentía muy identificado y lo admiraba, además de que Víctor poseyó una de las voces más lindas en el canto popular, una voz muy peculiar, como solo él podía tenerla. 

Los 70 fue un tiempo donde teníamos que asumir una posición ideológica como, por ejemplo, ser comunista; la gente no entendía lo que era el socialismo o el capitalismo, que era ser parte del Imperio. Yo llegué a Santo Domingo en esa época y de las primeras personas que se acercó a mi, no sé ni cómo, fue Víctor Victor. Inmediatamente me llevó al periódico El Sol y me hizo una entrevista. También me integró al grupo Nueva Forma, grupo de canción inteligente, alternativa a la canción protesta de la época que llamamos nueva canción. 

La diferencia entre canción protesta y nueva canción es que la primera era muy coyuntural, en cambio la nueva canción es una trascendente en el tiempo. La escuchas ahora, y te sigue diciendo, enseñando y motivando. Víctor hizo ese tipo de canción a través del grupo Nueva Forma y las concretizó en una serie de discos que hizo junto a Jochy Sánchez que deben ser redescubiertos. Luego se proyecta con Mesita de noche, que es una canción ligera, romántica y como todo lo que es ligero, tiene mayor tendencia a calar en el gusto de la gente. Él siempre fue la misma persona, los mismos gustos hacia el son y luego hacia la bachata, siempre mantuvo esa bonhomía, esa forma sencilla sin tratar de aparentar lo que no era, y con toda esa sencillez, hay que saber que logró trascender y ser reconocido internacionalmente en base a su carisma. 

Así como me apadrinó cuando llegué a Santo Domingo en el 1973, también fue apadrinando a las siguientes generaciones de compositores; por ejemplo, ahí está Pavel Núñez y otros que vinieron después, ya que siempre estuvo descubriendo talentos y apoyándolos. Una característica muy de él fue que siempre respondió a sus principios y a sus criterios, y por eso era una especie de rosca izquierda. Vitico no era fácil, Vitico tenía sus creencias, su filosofía, su decisión y compromiso por colaborar con un mundo mejor; aportarle a su sociedad, y ese compromiso le complementó como compositor porque no es lo mismo que tu hagas arte y te desentiendas de tu tiempo, de tu gente, de tu sociedad y solo te importe ganar dinero, ser famoso y no ayudar a crecer a los demás. Vitico era maestro, fue un ser bondadoso y todo lo que se dice de él es cierto, es un gran ejemplo para futuras generaciones de cómo se debe vivir apegado a un ideal. Supo sobrevivir, tuvo que adaptarse a los tiempos y lo hizo con dignidad. 

Participé junto a él en Convite y Expresión Joven en los años 70, que eran grupos de contenido revolucionario con los que aparecimos en 7 días con el pueblo. Durante ese periodo y con Víctor, Sonia Silvestre y otros, en un sillón en casa de Milagros Ortíz Bosch musicalizamos a Pablo Neruda, nos sumamos a esa corriente internacional que Serrat había inaugurado en España. Nos sumamos bajo la tutela sabia, asombrosa y amorosa de una persona llamada Joaquín Basanta en la casa de Milagros quien siempre estuvo apoyando todo tipo de iniciativa que permitiera combatir el régimen de la época. 

Le pusimos música a los versos de Pablo Neruda, por ejemplo, el versainograma a Santo Domingo “perdonen si les digo unas locuras, en esta dulce tarde de febrero y si se va mi corazón cantando hacia Santo Domingo compañeros”. Le pusimos voz a ese hermoso poema en el disco Raíz y Geografía. Es un trabajo que ha quedado para la historia. Estuvimos vinculados a lo mejor del pensamiento contestatario de los 70. 

Vitico aportó a la sociedad, buscó la forma de ser feliz y será muy recordado por todos nosotros. Se sentirá un vacío muy grande por la ausencia de un ser humano capaz de mover mucho con una palabra; un ser humano muy respetado, muy querido y muy solidario. 

____

Claudio Cohén es cantante. Formó parte del grupo Nueva Forma, junto a Víctor Victor, Sonia Silvestre y Luis Tomás Oviedo.