La participación de la República Dominicana como país invitado en la 78ªedición de laFeria Internacional del Libro de Madrid 2019, fue sin duda todo un acontecimiento. Una nutrida representación de escritores, ensayistas, decimeros, historiadores y poetas herederos de la tradición literaria latinoamericana y española se dieron cita en este magno evento. Durante dos semanas la capital española acogió a una amplia delegación de dominicanos residentes en Santo Domingo la cual confluyó con un profuso número de criollos radicados en Europa, EE. UU. y otros lugares donde nuestra intelectualidad desarrolla su talento.

Fue un escaparate donde más de dos millones de visitantes tuvieron la oportunidad de disfrutar a más de 60 intelectuales dominicanos quienes presentaron más de 100 actividades artísticas y culturales. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que fue un homenaje a la Cultura dominicana, la cual irradió toda su profusión en la tierra de Cervantes. En esta ocasión, sin embargo, estuvo enriquecida con la mixtura de un producto inédito, lo criollo, autóctono, lleno de colores, ritmos y sabor al Caribe soñador, donde la mezcla racial del blanco y el negro trajo a Madrid la poesía sorprendida de Franklin Mieses Burgos y Manuel Rueda, igualmente la genialidad de Pedro Henríquez Ureña, Juan Bosch, Marcio Veloz Maggiolo y del Poeta Nacional, don Pedro Mir.

Los organizadores tuvieron como invitado especial al Premio Nobel de Literatura, el peruano-español don Mario Vargas Llosa. Este hecho le dio una categoría especial, no sólo a nuestro país sino a la feria en general. El Nobel aprovechó la oportunidad para anunciar el título de su próxima novela, Tiempos Recios. Aunque no dio más detalles, dijo que su novela estaba recreada en la República Dominicana, como sucediera con La Fiesta del Chivo.

Otras personalidades que visitaron el Pabellón Dominicano fueron, la reina doña Letizia. Igualmente hizo acto de presencia la vicepresidenta de la República doña Margarita Cedeño, así como el Ministro de Cultura arquitecto Eduardo Selman, el Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, doctor Flavio Darío Espinal y los embajadores Aníbal de Castro, Rubén Silié, José Tomás Pérez y Guillermo Piña Contreras.

Una de las actividades que causó mayor impacto entre los visitantes sobre todo por la articulación que tiene la historia reciente de España con Santo Domingo, fue la Exposición de fotos titulada: El exilio republicano español en la República Dominicana 1939-1940: Más fuerte que la muerte. Dicha exposición estuvo organizada por el Archivo General de la Nación de la República Dominicana de manera exclusiva para la Feria del Libro. La misma se presentó en la primera planta de Biblioteca Pública Municipal Eugenio Trías y permaneció durante toda la Feria.

A la inauguración de dicha actividad asistieron doña Cristina Latorre Sancho, presidenta de la Comisión Interministerial para la Conmemoración del 80 Aniversario del exilio republicano español. Igualmente la visitaron Socorro Prous Zaragoza, de la Dirección General para la Memoria Histórica y Almudena Asenjo, directora de la Fundación Largo Caballero, al igual que José María Álvarez, Secretario General de la Unión General de Trabajadores de España (UGT).

Otro aspecto por destacar en la Feria del Libro fue la huella dejada por nuestra delegación en el aspecto literario. No es de extrañar que el lema utilizado fuera: Descubre un País de Cultura. Pues bien, la Cultura dominicana se paseó y dejó su impronta en la sede del Instituto Cervantes, pináculo de las letras españolas. Hay que destacar que en este lugar se encuentra, en la llamada Caja de las Letras, el legado literario de don Pedro Henríquez Ureña, el dominicano más universal y primero y único dominicano en tener dicho privilegio. La entrega de este legado fue hecha en el 2015 por el otrora embajador dominicano ante el Reino de España, don Aníbal de Castro.

Otro lugar emblemático donde se hizo sentir la voz de nuestra patria fue en la Casa de América. Allí, en el salón Simón Bolívar algunos de nuestros escritores presentaron sus últimas cosechas literarias. El acto estuvo abarrotado, como todas las actividades que se hicieron en el transcurso de la Feria. En esta ocasión, una vez más, el público pudo saborear la oratoria dominicana.

Entiendo, como no podía ser de otra manera, que el equipo organizador encargado de preparar el programa deseaba presentar la cultura dominicana como la suma de múltiples influencias, pero remarcando su originalidad. Tampoco perdieron de vista lo relacionado con el vínculo entre lo dominicano y lo hispano. Desde lo histórico se trilló un camino que transcurrió desde el arte prehispánico a la creación de la primera Audiencia del Nuevo Mundo. Igualmente, algunos panelistas destacaron los lazos que unieron al Imperio Español con Santo Domingo, su primera colonia y Primada del Nuevo Mundo, como una historia en común, al menos hasta finales de la primera centuria, etapa en que surge el elemento criollo dominicano.

La historia entre España y Santo Domingo se remonta a más de 5 siglos, o sea, desde la etapa colonial, cuando todavía no habíamos cumplido la mayoría de edad, hasta nuestros días. Fue durante esta última etapa cuando se trajeron a colación los temas más actuales. Particularmente se puso de relieve la llegada a la isla de un importante número de intelectuales españoles los cuales huían de los efectos de la represión de la guerra civil del 1936. De esta época se hizo especial mención a intelectuales de la talla de pintores como Eugenio Granell y José Gausachs. Igualmente se disertó sobre la vida de Jesús Galíndez, por sólo citar algunos de los nombres que nos dio la historia.

Otro dato por destacar fue la cantidad de libros que se presentaron en nuestro Pabellón. Según el programa de actividades, durante los días que duró la Feria, se presentaron más de 50 nuevos títulos de autores dominicanos.

No quiero finalizar sin antes felicitar a quienes han hecho posible el éxito que ha tenido la delegación en la Feria Internacional del Libro de Madrid. De igual manera, reconocer la labor realizada por el Embajador ante el Reino de España, don Olivo Rodríguez Huertas. Es muy probable que el trabajo hecho por el eminente jurista en la pasada 77ª Feria Internacional del Libro de Madrid, 2018, hizo posible que el gremio de Libreros de Madrid decidiera seleccionar a la República Dominicana como país invitado en esta nueva edición.

Ahora bien, para que este evento alcanzara los niveles de reconocimiento que ha tenido, Rodríguez Huertas tuvo que rodearse de un grupo de personas con una larga trayectoria en tareas organizativas. Nos referimos a Minerva del Risco, Soledad Álvarez y José Rafael Lantigua, todos ligados al mundo de las letras. Sin lugar a duda, la labor que durante largos meses desempeñó este equipo fue lo que hizo posible el éxito de nuestra participación.

Además de estos tres componentes, los cuales trabajaban desde Santo Domingo, el Embajador se hizo acompañar por más de 30 personas los cuales estaban al pie del cañón desde muy temprano de la mañana hasta bien entrada la tarde. A pesar de tener ese contingente, me consta que el Embajador era el primero en llegar a al Pabellón y el último en salir.

Como principal responsable de la delegación dominicana Olivo supervisaba y cuidaba todos los detalles hasta altas horas de la noche. Al día siguiente, bien temprano volvía a las maratónicas actividades que se desarrollaban en el Parque del Retiro donde nuestro Pabellón ocupaba un lugar central. Debo destacar, que el Embajador estuvo presente en todas las actividades que se hicieron, acompañando a los invitados.

En síntesis, la República Dominicana como país invitado en la 78ª Feria Internacional del Libro de Madrid, 2019, cumplió con creces las expectativas que se propuso. Aunque era su obligación, creo que es de justicia destacar la capacidad organizativa del Embajador. Su labor fue encomiada incluso por los responsables de la feria. Es el caso de don Manuel Gil, su director, al igual que Pablo Bonet, secretario del Gremio de Libreros, entidad organizadora del evento. Ambos reconocieron públicamente la labor realizada por el Embajador y por la difusión que tuvo la Cultura Dominicana. Coincidieron en señalar que la 78ª Edición de la Feria Internacional del libro de Madrid había roto los records de las ediciones anteriores y que la República Dominicana había hecho gala de su lema “Un País de Cultura”. Señalaban, de manera particular, la labor realizada por el Embajador ante el Reino de España, don Olivo Rodríguez Huertas.

Genaro Rodríguez Morel, académico y paleógrafo radicado en Sevilla, España. Premio Nacional de Historia 2011, delegado de la Academia dominicana de la Historia en la península ibérica.