El libro 30 años de la nueva literatura dominicana en España 1994-2024 abarca toda la producción literaria de las escritoras y escritores dominicanos que residen o han residido en España, desde el insigne escritor Pedro Henríquez Ureña hasta la nueva generación de escritores que se inicia con la primera publicación del Fausto Leonardo Henríquez en 1994. Hacemos especial hincapié en las publicaciones comprendidas entre los años 1994 hasta 2024, período que cierra un ciclo de 30 años de presencia literaria dominicana en España.

El objetivo principal de este libro es dejar constancia del inmenso e intenso trabajo literario que se está realizando en España por una parte de la diáspora dominicana y que es desconocido en su verdadera dimensión. También persigue este trabajo servir de memoria historiográfica y que otros, en el futuro, puedan continuar con esta labor recopilatoria de los escritores e intelectuales que un día iniciaron un viaje, a veces sin regreso, dejando atrás la patria, pero que lejos de ella sueñan con engrandecerla desde sus pequeños aportes, desde la literatura.

Tres escritores fundamentales inician esta presencia literaria en España, el ya mencionado Pedro Henríquez Ureña, la extraordinaria y visionaria escritora Abigaíl Mejía, y el emérito escritor y filósofo Antonio Fernández Spencer.

Muchos otros escritores dominicanos han visitado y publicado en territorio español, pero ninguno de ellos ha publicado residiendo en España, criterio del cual partimos en estas pesquisas. Son los casos de Juan Bosch, Emilio Rodríguez Demorizi, Joaquín Balaguer, y más recientemente otros grandes escritores nuestros que han publicado en editoriales españolas, como José Mármol, Jochy Herrera, Mateo Morrison, Ángela Hernández, Ángela Suazo, etc., pero que no han residido en España. Tampoco hacemos referencia a escritores que nacieron en la isla antes de la constitución de la nación dominicana, como es el caso de Sánchez Valverde.

  1. Maestros precursores: Pedro Henríquez Ureña (1884-1946), Abigaíl Mejía (1895-1941) y Antonio Fernández Spencer (1922-1995)

La literatura dominicana en España siempre ha mantenido una presencia importante, aunque poco difundida. Desde inicios del siglo pasado escritores importantes han vivido y producido literatura en España, estrechando los lazos de amistad y hermandad que siempre nos han unido en una cultura compartida.

Sin lugar a duda, el más representativo de esos escritores es el insigne intelectual Pedro Henríquez Ureña, el más grande defensor del hispanismo en América, y el que con mayor altura y profundidad intelectual cultivó y engrandeció el papel de nuestra lengua común. “El maestro de América” como le llamó Borges, el “dominicano universal” como le llamó Ángel Luis López, llegó a España por primera vez en el verano de 1917 con 33 años, después de presentar su tesis “La estrofa irregular en la poesía española de los siglos XVI Y XVII” en la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), para incorporarse al Centro de Estudios Históricos que dirigía Menéndez Pidal.

Permaneció durante algunos meses en Madrid, regresando a Estados Unidos para dedicarse a preparar su tesis doctoral, que presentaría más tarde en la universidad de Minneapolis. En dicha investigación abordó la versificación irregular en la poesía castellana, la que luego publicaría Menéndez Pidal. En Madrid conoció e hizo amistad con grandes escritores y artistas de la época como Antonio Machado, Manuel de Falla (fallecido en Argentina en 1946, año en el que fallece también Henríquez Ureña), García Lorca y Miguel de Unamuno, entre otros como Valle-Inclán (1866-1936) que llegaron a cultivar una gran amistad dedicándole uno de sus ensayos: “El amigo de América”. Pedro Henríquez Ureña regresó nuevamente a Madrid en 1920 y permaneció casi un año en España, dejando para la posteridad uno de sus libros de ensayos más excelsos En la Orilla: mi España.

La segunda presencia de nuestra literatura en España, de estos maestros precursores, la tenemos en la singular labor que desarrolló la visionaria Abigaíl Mejía, visionaria porque fue de las primeras en vindicar el derecho de la mujer, impulsora de un plan de alfabetización para mujeres trabajadoras. Iniciadora del movimiento feminista en República Dominicana, también defendió la creación de un museo nacional y, en tal sentido, organizó una campaña de concientización sobre la importancia de esta institución y de rescatar piezas dispersas de nuestro patrimonio. Abigaíl Mejía Solière llegó a Valencia, España, acompañada de su familia en el 1908, siendo aún una preadolescente. Más tarde se trasladaron a Barcelona, en donde estudió magisterio. Siendo aún muy joven, comenzó a publicar en periódicos y revistas, tanto teatro como cuentos y poesía. Realizó investigaciones sobre la historia de la literatura castellana, siendo publicadas más tarde.

La presencia de Abigaíl Mejía en España coincidió con la corta estadía de nuestro insigne intelectual Pedro Henríquez Ureña. El primer libro publicado en España del que se tiene constancia fue (en 1922, año en el que nacía el gran escritor dominicano Antonio Fernández Spencer) fue Brote de las razas, por el editor Hermenegildo Mirales, que también editó más tarde Entre frivolidades. En España también publicó en 1925 su conocido libro Sueña Pilarín, con la editorial Altés de Barcelona. 

Otro humanista, ensayista y poeta que dejó impreso su recuerdo indeleble en España fue Antonio Fernández Spencer, considerado por muchos como una de las glorias de las letras hispánicas. Estuvo en España 6 años, estudiando Filología hispánica en la Universidad de Salamanca. Aquí publica, en 1953, Nueva poesía dominicana, en donde aparecen 9 poetas de la poesía sorprendida. Spencer fue alumno de Ortega y Gasset, Julián Marías y Dámaso Alonso, entre otros.

Fernández Spencer fue el primer latinoamericano en recibir el premio Adonáis, en 1952, con su poemario Bajo la luz del día (que contó con Vicente Alexandre como presidente del jurado), y en 1969 obtuvo el premio Leopoldo Panero con Diario del mundo, del cual dijo el gran escritor Guillermo Díaz-Plaja que “lo que este libro –denso y extenso– contiene es, nada menos, que una cosmovisión”.

Creó en Madrid la Tertulia literaria Hispanoamericana con el patrocinio del Ministerio de Educación y el Instituto de Cultura Hispánica, junto a Ángel Balbuena Briones, el nicaragüense Ernesto Mejía, Rafael Montesinos y José Manuel Caballero Bonald. También participaron poetas como Luis Rosales y Rafael Alberti, y otros de la Generación del 27.

2. La nueva literatura dominicana en España (1994-2024)

La segunda migración de escritores dominicanos a España se inicia en la última década del siglo XX. Esta se debió a diversos motivos, no pudiéndose catalogar estrictamente como una migración económica, y coincidió con la emigración de otros jóvenes a los Estados Unidos.

Lizette Nin. O’quilombismo. De la serie Trails. Impresión láser, intervenida con bordado, pedrería y conchas cauri, 120 x 240 cm, 2023.

A pesar de que muchos de estos escritores venían con formación académica  e incluso habían publicado en la República Dominicana, solo aparece una publicación en Valencia, la del escritor Fausto Leonardo Henríquez (XXIX Premio Mundial de Poesía Mística Fernando Rielo) en 1994, y ya en el 2000  la escritora Leyden Lorenzo publica En busca de tu propia belleza (Trigo Ediciones, 2000); en el 2001 la gestora y activista social, Bernarda Jiménez publica su investigación sobre el asesinato de la dominicana Lucrecia Pérez, muerte que conmocionó a la comunidad internacional por sus claras manifestaciones de odio racial. Este libro expone las terribles circunstancias por las que tuvieron que pasar las primeras mujeres que emigraron desde la República Dominicanas a España.

En el 2005, el escritor Lino Berroa publica en Barcelona su poemario Sentimientos y lejanía, y tres años después se publica uno de mis libros, El túnel de los espejos y otros cuentos (Editorial Grupo Búho, 2008). La fundación para entonces de la Asociación Acudebi, que aglutinó a varios de estos escritores, vino a acelerar la producción y las publicaciones literarias. En el 2010 Roberto García publica Cosas mías, quizás tuyas. En el 2011 Virginia Read publica su primer libro en España, Lleva un libro en la maleta. Esta veterana y laureada escritora de literatura infantil ya había publicado varios libros en la República Dominicana.

Desde ese año las publicaciones son constantes. En el 2012, Manuel Antonio Mejía publica la novela infantil Catón Coplo, y la escritora Toñi Martínez publica Romance de plenilunio; en 2013 Norberto Azor publica su primer poemario, Ser lo que soy, y en el 2014 sale a la luz la primera Antología de escritores dominicanos en España por la editorial Editaunlibro. En ese mismo año la laureada escritora Rosa Silverio, Premio Nacional de Poesía Salomé Ureña 2011, publica su primer libro en España, Matar al padre, por la editorial Huerga y Fierro.

En 2016 la escritora Marielys Duluc publica su primer poemario en España, Cangrejos antillanos, y Carmen Ramírez publica Crónicas de emigrantes. En ese mismo año se publica una importante edición colectiva, Ediciones mínimas, dirigida por Acudebi, y en la que participan en los diferentes géneros (cuento, ensayo, poesía y dramaturgia) 14 escritores dominicanos, muchos de ellos noveles, como  Lilian Núñez (Entre ríos de tintas); Ana María Céspedes (Bailar bachatas, o la sala de un psiquiatra y Se regalan perlas); Dolquisa Olivares (Dudas, teatro en un solo acto); Sol Lora (El lado anverso de la cara): sumergirnos en su lectura es un acercamiento al Ser, a la mujer universal que ha descubierto el enigma, que se ha descubierto a sí misma, sabiendo que esa revelación es  “la carga más pesada”, el perentorio misterio hecho poema; y como todo poema  –que no es más que un grito, un rayo que nos ciega y nos ilumina, a veces– , es un breve acercamiento a lo que sospechamos, a lo inasible. La poeta nos presenta su “carga más pesada” en breves impulsos de luz, de descubrimientos fugaces, de fragmentos de existencia.

Podríamos destacar varios libros. De Fausto Leonardo Henríquez La palabra en la retina: este libro es un encuentro íntimo con lo cotidiano, con la urbe y su angustia, aunque desde un acercamiento tangencial de observador omnipresente que se intuye parte de esa realidad que lo sume, a su vez, en la angustia y el desvelo, por lo que su encuentro tangencial es febril, de búsqueda y temblor. De Mayobanex Pérez Núñez El inútil acoso de los detalles: este libro es un hito que viene a engrandecer la literatura nuestra. El escritor Pérez Núñez es, sin duda, uno de los escritores de la diáspora más imaginativo y de escritura más esmerada. Este primer libro, constituido por 56 poemas, es una muestra acabada de la excelencia literaria a la que todo escritor aspira; poemas cortos, cuyos versos encajan como piezas de un puzle, en donde cadencia, musicalidad y transgresión pueblan el micro universo poético.

Otras publicaciones relevantes son de Rosa Silverio Poemas tristes para un día de lluvia; de Bernardo Silfa Bor Reiteración del síndrome; de Gabino Rosario Rumor del silencio; de Norberto Azor Versos actualizados; así como los ensayos de La gestión cultural y la proyección de la dominicanidad en el exterior, de Doris Araujo. También se publica en esta colección el ensayo Andrés López Medrano: Criollismo, dominicanidad e hispanismo, del filósofo dominicano Alejandro Arvelo Polanco, quien residió en España durante varios años. Hay que decir que la presencia en el colectivo de escritores dominicanos de este insigne intelectual sirvió de acicate a los nuevos escritores, quienes se nutrieron con sus cátedras en el taller “Clima de eternidad”, que dirigía.

En el 2017, el escritor Alejandro González Luna publica Donde el mar termina, y José Laine Colosal guerra dominico/española; en el 2018 el arquitecto Juan Carlos Sánchez González publica Acentos sobre arquitectura bioclimática y eficiencia energética; la laureada escritora Farah Hallal Cuarto Oscuro, y la investigadora y académica Kenia del Orbe publica Organización, política y comunicación. En el 2019, Rafael Stanley Morla publica Saunatopía. El político y escritor Marcos Cross da a la luz en el 2022 su extraordinaria investigación sobre educación Sistema educativo por la excelencia del docente, y en el presente año el médico y escritor Leonardo Eugenio Torres publica Las marcas del camino. La literatura dominicana en España se ha fortalecido en los últimos años con la presencia de nuevos escritores, como el joven filósofo Leonardo Reyes, autor de Es preciso reponerse de la tristeza (2020), Premio internacional Elvira Deudet.

En la producción poética es conveniente aclarar, desde mi humilde interpretación, que la reciente poesía dominicana en España se ha ido construyendo poco a poco con la nueva condición de “ser inmigrante”. Al contrario de lo que se podría pensar, la producción literaria no ha reflejado, solo rara excepciones, la nostalgia como enfermedad existencial, sino que esta producción se ha ido construyendo en la introspección, en la búsqueda, en la introversión, por lo que podríamos decir que es una poesía intimista, rayando muchas veces en la angustia existencial. Es el caso de las poéticas de Rosa Silverio, Leonardo Reyes, Marielys Duluc, Ana María Céspedes, Simeón Arredondo, Norberto Azor, etc. Otros, no obstante, han dirigido esa búsqueda a través de una reflexión, que podríamos decir es filosófica, como en las poéticas de Bernardo Silfa Bor, Mayobanex Pérez y Fausto Leonardo Enríquez, aunque la búsqueda de este último también es una reflexión mística y en muchos casos de vuelta a los orígenes, en donde los paisajes campestres sirven de escenario para la reflexión filosófica, la nostalgia y lo místico.

Los escritores de la nueva poesía dominicana en España no responden a generaciones posibles. Cosa lógica, en mi humilde entender, pues la poesía no se construye sobre una proyección evolutiva lineal, sino que responde a las circunstancias que definen al poeta y a los intereses de su mundo interior. Pienso que por eso José Ángel Valente se negaba a que lo encasillaran en una generación: él se consideraba hijo de su propia búsqueda. Es por esto que la producción poética en España es asintomática, en tanto que corriente o temática. Aunque el ser inmigrante determina un escenario, una visión, una realidad y unas circunstancias.

Estas apreciaciones son evidentes en la segunda edición de la colección que aparece en el 2018 (la cual incluye varios poemarios) y que se presentó en la 77ª (septuagésima séptima) Feria de Madrid y en la que por primera vez participa la República Dominicana con una monumental carpa, en la que tuvieron lugar presentaciones y actuaciones artísticas. Esta participación solo fue posible gracias a la gestión y disposición sin precedentes del entonces embajador de la República Dominicana, Olivo A. Rodríguez Huertas.

85 años y setenta y seis ediciones de la feria del libro de Madrid tuvieron que pasar para que nuestro país participara como país invitado; y aunque ya lo había hecho con un modesto stand, compartido con Panamá, en la 75ª (septuagésima quinta) edición en 2016, esa septuagésima séptima feria fue la primera en que lo hizo con un espacio propio. Y no había participado no por falta de producción o de escritores de altos vuelos, que los hay y los hemos tenido, y muchos –como pequeños dioses ignorados, sosteniendo la esperanza–, sino, quizás, por ese empeño nuestro de mirar hacia adentro, empecinados en encender breves fuegos, a la espera de ser descubiertos desde otras orillas, o tal vez, por otras incomprensibles razones.

Daniel Tejada con su libro 30 años de la nueva literatura dominicana en España 1994-2024

Muchos años han transcurrido desde que iniciamos el luminoso sendero de las letras, desde aquel modesto manual de Andrés  López de Medrano, publicado en 1813, hasta los significativos aportes a las letras hispanoamericanas del insigne Pedro Henríquez Ureña, como he señalado, o las exploraciones simbólicas de Mieses Burgos, o el incisivo verso de Manuel del Cabral, y las producciones de las recientes generaciones, en las que imaginación, invención, ruptura y trasgresión mantienen a nuestra literatura vibrante y esperanzadoramente viva.

(En portada: ®Lizette Nin. O’quilombismo. De la serie Trails. Impresión láser, intervenida con bordado, pedrería y conchas cauri, 120 x 240 cm, 2023. Esta obra hace parte de la colección permanente Leslie Lohman Museum, de Nueva York, y fue comisionada por el Museo HKW de Berlín para su apertura en el 2023, fragmento)

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Daniel Tejada, escritor y presidente de la entidad cultural con sede en Madrid Acudebi (Asociación cultural y de cooperación al desarrollo Biblioteca República Dominicana)